Etiopía se opone a la primacía hídrica de Sudán y Egipto sobre la cuenca del Nilo

EL CAIRO (Sputnik) — Etiopía no acepta la hegemonía hídrica de Sudán y Egipto sobre la cuenca del río Nilo, declaró el vice primer ministro y titular de Exteriores etíope, Demeke Mekonnen.

"Ejercer una presión innecesaria sobre Etiopía mediante la politización deliberada y la internacionalización de esa cuestión no obligará a Etiopía a aceptar un tratado del Nilo de la era colonial. Etiopía nunca aceptará condiciones tan injustas que tengan como objetivo preservar la hegemonía hídrica de Egipto y Sudán", dijo Mekonnen al intervenir en un debate en línea con las oficinas de Etiopía en el extranjero, cuya transmisión estuvo a cargo del canal de televisión etíope Fana.

Etiopía empezó en 2011 la construcción de la denominada Presa del Renacimiento, que se encuentra a unos 15 kilómetros de la frontera sudanesa. Una vez terminadas las obras, será la planta hidroeléctrica más importante de África y la séptima más grande del mundo. Su lanzamiento, según expertos, producirá escasez de agua en Sudán y Egipto, río abajo.

El ministro Mekonnen subrayó que las negociaciones sobre la presa deben ser auspiciadas por la Unión Africana y podrían tener éxito en caso de que "Egipto y Sudán adopten un enfoque constructivo".

Desde el inicio de la construcción de la presa, Etiopía, Sudán y Egipto celebraron más de una docena de reuniones para resolver los problemas de distribución del agua y el lanzamiento de la nueva instalación, pero no lograron resolver las divergencias. El nivel de tensión entre los tres países africanos alcanzó su punto máximo en el verano boreal de 2020, después de que Etiopía comenzara la primera etapa de llenado del embalse sin acuerdos previos.

Evaluada en torno a 4.000 millones de dólares y llamada a veces GERD, por las siglas en inglés de Gran Presa del Renacimiento Etíope, la planta producirá 6.000 megavatios, o casi el triple que la presa egipcia de Asuán, permitiendo a Etiopía autoabastecerse de electricidad e incluso exportar.

Los vecinos corriente abajo, Egipto y Sudán, están recelosos del impacto económico que el proyecto pueda tener sobre ellos, especialmente porque los acuerdos internacionales de 1929 y 1959 les asignan un 87% de las aguas del Nilo.

En abril, el presidente egipcio, Abdelfatah Sisi, afirmó que todas las opciones estaban abiertas sobre el problema de la presa y pidió cooperación a Addis Abeba. El mandatario destacó que Etiopía había mostrado su tenacidad en las negociaciones y su deseo de imponer la construcción de la presa como un hecho ya consumado.

Este mismo mes el Ministerio de Exteriores de Egipto afirmó que no se habían logrado progresos en la nueva vuelta de negociaciones sobre la presa, celebrada en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo.

Esa ronda fue la primera bajo la presidencia de la República Democrática del Congo en la Unión Africana y bajo la nueva administración estadounidense. El Ministerio etíope anunció que las reuniones podrían reanudarse alrededor de la tercera semana de abril.