Portugal disuelve su servicio de fronteras tras la muerte de un hombre ucraniano

MADRID (Sputnik) — Portugal disolvió de forma oficial su Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF), cuerpo que será sustituido por el nuevo Servicio de Extranjeros y Asilo (SEA) tras la polémica por la muerte de un ciudadano ucraniano tras recibir una paliza bajo su custodia en el aeropuerto de Lisboa.

"La inmigración fue y es una contribución útil a la sostenibilidad demográfica y el desarrollo económico de nuestro país", destaca la resolución del Consejo de Ministros y agrega que es importante respetar la dignidad de quienes buscan vivir y disfrutar de las oportunidades que se ofrecen el país.

La resolución se centra en argumentar motivos administrativos para conseguir un enfoque "más humanista y menos burocrático" a la hora de gestionar la inmigración, separarando las tareas policiales (de las que se encargarán distintos cuerpos) de las técnicas (responsabilidad del SEA a partir de ahora).

Pese a que el Gobierno insiste en calificar el movimiento como una "reestructuración" por motivos técnicos, la prensa portuguesa señala a la muerte del ciudadano ucraniano como el desencadenante de los cambios.

"La reestructuración de SEF fue decidida por el Gobierno tras el fallecimiento del ciudadano ucraniano Ihor Homeniuk en marzo de 2020 en las instalaciones de servicio del aeropuerto de Lisboa", informa el diario generalista Observador.

Los tres inspectores que trataron con el inmigrante ucraniano —que según su viuda se dirigía al país para buscar trabajo— se sentaron en el banquillo de los acusados por un posible delito de homicidio en un juicio que terminó hace apenas unos días.

Según el escrito de la acusación elaborado por la Fiscalía, Ihor Homeniuk recibió patadas, puñetazos y golpes de porra por todo el cuerpo. Después de la paliza, los agentes dejaron al cuerpo esposado y con los pies atados, descubriendo horas después que había muerto a causa de la paliza.

Sin embargo, este 12 de abril el Ministerio Público reculó en sus alegatos finales, alegando que no se puede probar que los inspectores desearan matarlo.

En consecuencia, la Fiscalía redujo su petición inicial de condenar a los agentes por homicidio para solicitar solo una pena por delitos de ofensas corporales graves.

La disolución del cuerpo de fronteras fue rechazada por el sindicato de inspectores de SEF, que calificó la acción como un intento de golpe de Estado porque no fue consultada con el Parlamento, que a su modo de ver es el único órgano con competencias para tomar la decisión.