Estocadas electorales hoy, vendas mañana
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QUITO (Sputnik) — Los candidatos que terciarán en el balotaje de Ecuador el 11 de abril, Andrés Arauz, delfín del expresidente Rafael Correa (2007-2017), y el derechista Guillermo Lasso, han apelado a todo tipo de estrategias en las últimas semanas para captar el favor de los electores en un país cada vez más polarizado.
La tensión evidentemente dejará un país más fracturado el día después de la votación.
Expertos coinciden en que cualquiera que llegue al poder se enfrentará a la necesidad imprescindible de entablar alianzas no solo para tener gobernabilidad, sino para sobrevivir los cuatro años de gestión.
"El escenario es complicado; cualquiera necesitará buscar un tipo de pacto: incorporar diferentes actores en el Gobierno, hacer un acuerdo de gobernabilidad en la Asamblea Nacional [parlamento unicameral], buscar pactos más amplios con diferentes actores sociales u otros mecanismos", dice a Sputnik el consultor político Jacobo García, quien asesora a políticos y gobiernos locales en Ecuador, Argentina y México.
El experto advirtió que, "en caso contrario, habrá un Gobierno extremadamente débil y fuerzas de oposición que estarán esperando para complicar aún más el panorama.
La sombra de Correa
De acuerdo con las últimas encuestas de empresas locales, la diferencia entre los dos candidatos es muy corta, lo cual evidencia la polarización del electorado.
Alrededor de 13 millones de ecuatorianos están habilitados para votar el domingo 11, y según los más recientes sondeos Arauz y Lasso mantienen un estrecho margen, de entre 1 y 4 puntos a favor de uno o de otro.
Quienes apoyan a Arauz creen que él seguirá en mucho los lineamientos y modelo de Correa, y quienes respaldan a Lasso no quieren que el exmandatario incida en el Gobierno y esperan que se acabe definitivamente su liderazgo, al que consideran "antidemocrático".
En declaraciones a Sputnik antes de la primera vuelta electoral Arauz, dijo que buscará que Correa lo asesore, lo cual según García demuestra que no ha logrado construir un liderazgo propio e independiente, por lo que se lo sigue viendo como una continuación o réplica del expresidente.
"Para quienes les gusta Correa eso está bien pues les da seguridad, pero al resto les genera desconfianza. Es razonable suponer, como muchos sostienen, que Correa será el poder detrás de Arauz pues no se ha visto ni en el liderazgo del candidato ni en la acción política que ha desarrollado razones suficientes para decir que se viene un nuevo momento", sostuvo García.
Alianzas difíciles para Arauz
Una vez en el Gobierno y más allá de las simpatías o antipatías que generan los candidatos, politólogos prevén que para Lasso, a pesar de la fuerte oposición que tendrá, puede ser más fácil hacer alianzas que para Arauz.
"Va a ser más difícil para el correísmo hacer alianzas; el correísmo no tiene mucha cancha para moverse, habría que ver cómo recomponer ciertas relaciones políticas", comenta a Sputnik Franklin Ramírez, investigador del Departamento de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito.
La tarea se ve cuesta arriba tomando en cuenta que Arauz es el representante del movimiento político de Correa y que durante los 10 años de Gobierno de este no se vieron alianzas, pues la votación con la que llegó a la Presidencia y su liderazgo, en medio de la bonanza económica de los altos precios del petróleo, fueron suficientes para ejecutar su proyecto político.
El movimiento indígena
Una de las relaciones que tendrá que recomponer Arauz tiene que ver con el movimiento indígena, que jugará un rol importante en el Legislativo con los asambleístas del Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
El último fin de semana, el presidente de la Conaie, Jaime Vargas, anunció el apoyo de la organización a Arauz, pero inmediatamente fue rechazado por varios dirigentes indígenas e incluso fue separado de Pachakutik por desobedecer la decisión de anular el voto.
La división de la Conaie es evidente, pero el movimiento puede ser una piedra en el zapato tanto para Arauz como para Lasso.
8 de abril 2021, 01:13 GMT
Lograr el respaldo de los pueblos indígenas, que tendrán una importante presencia en el Legislativo, se ve cuesta arriba para Arauz en caso de que llegue a la Presidencia, pues estos, según dijo el martes 6 el excandidato presidencial Yaku Pérez, no han olvidado los enfrentamientos con la administración de Correa.
Para Lasso tampoco será fácil captar el apoyo indígena, pues una buena parte del movimiento que apoyó a Pérez, tercero en la primera vuelta de las elecciones del 7 de febrero, sostiene que hubo fraude en su contra. Los indígenas tampoco han olvidado las declaraciones de Lasso cuando condenó sus protestas de octubre de 2019.
En suma, cualquiera de los candidatos que gane el 11 de abril deberá sacar fuerzas de flaqueza para tejer alianzas con las esquirlas que deje el fragor de la lucha político-electoral.