Pérdidas del 80% en el sector cultural latinoamericano debido a la pandemia

Las empresas y los trabajadores del sector cultural y del ocio sufrieron pérdidas de hasta un 80% por las restricciones del COVID-19 en el 2020. Es la conclusión de un grupo de organizaciones internacionales tras analizar los efectos de la pandemia sobre esta industria en los países latinoamericanos.

Los resultados de la investigación indican que la creación de valor económico del sector cayó un 13,75% en el segundo semestre del 2020 respecto al mismo período del año 2019. Teniendo en cuenta que a las industrias creativas y culturales les corresponde entre el 2% y el 4% del PIB en la economía latinoamericana, más de 2,6 millones de puestos de trabajo se vieron afectados por las restricciones debido a la pandemia.

Por la misma razón más de la mitad de las compañías del sector cultural experimentó una caída en sus ventas del 80%, mientras los ingresos del 64% de los freelancers cayeron más de un 80%, según un sondeo de opinión realizado como parte del proyecto.

Detrás de estos datos y porcentajes, "está el rostro humano" que demuestra la fragilidad de un sector con un alto porcentaje de trabajadores informales y con altos niveles de desprotección social, lamenta el ministro de Cultura de Argentina, Tristán Bauer.

En esta investigación participó el Mercosur, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

El desarrollo de la investigación

La investigación analiza el impacto macroeconómico en el sector basándose en los datos cuantitativos y cualitativos proporcionados por los diez países participantes (Brasil, Chile, Uruguay, Argentina, México, Ecuador, Colombia, Perú, Paraguay y Costa Rica).

Casi todas las actividades creativas y culturales presentaron indicadores negativos para el segundo trimestre del 2020, según la evaluación. Para junio del mismo año, la cancelación de eventos había alcanzado al menos al 83% de los espacios culturales. Se vieron afectadas 21.928 bibliotecas, 11.304 centros culturales, 7.516 museos, 6.908 teatros y 2.564 complejos de cine en países latinoamericanos.

El sector de patrimonio fue el más afectado por el coronavirus. Sus beneficios cayeron un 75% en el segundo trimestre del 2020. Los de las artes escénicas se redujeron un 44%; los de la formación artística, un 25%, y, los de la música, un 23%.

Además, la investigación incluyó también un análisis de 218 medidas políticas adoptadas en varios países que reveló un aumento del presupuesto destinado a cultura en la región latinoamericana para mitigar los efectos de la pandemia, así como el carácter de apoyo directo y multisectorial a esta industria, sobre todo a las personas físicas.

Como parte de la investigación encuestaron a los latinoamericanos para conocer su percepción sobre los efectos sufridos por las compañías y los empleados. El sondeo contó con más de 6.500 participantes del sector cultural, un 75% de los cuales proviene de los países del Mercosur.

Los resultados del sondeo sugieren que las actividades culturales y del ocio, así como las artesanías y las artes salieron peor malparadas por la pandemia. Y los ingresos de los empleados informales con educación básica o técnica y de regiones periféricas se redujeron especialmente, ya que no habían sido capaces de adaptarse al trabajo a distancia.

Los responsables del informe organizaron un taller a lo largo de ocho sesiones de trabajo con representantes gubernamentales de 11 países latinoamericanos. El análisis del big data, la evaluación posterior, los registros administrativos y los indicadores culturales orientados a lograr los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 son algunas de las propuestas lanzadas por los altos funcionarios para generar indicadores sobre cultura y desarrollo.

La reunión priorizó una agenda conjunta de trabajo a nivel regional para homologar indicadores y metodologías, apoyarse en la cooperación regional y promover el intercambio de experiencias para fortalecer los sistemas de información cultural.