La ASEAN busca canales para cooperar con Birmania en la eliminación de la crisis

ONU (Sputnik) — La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) busca canales para cooperar con Birmania en la eliminación de la crisis, dijo a Sputnik el embajador de Vietnam ante la ONU, Dang Dinh Quy.

"La ASEAN usa todos los canales posibles para establecer contactos con todas las partes de Birmania, con el fin de parar la violencia, lograr el cese del uso excesivo de la fuerza e intentar crear un clima propicio para sostener el diálogo y las negociaciones, basándose en la Constitución y las leyes de Birmania", declaró el embajador.

Vietnam presidirá el Consejo de Seguridad de la ONU durante un mes desde el primero de abril.

Además de la ASEAN como organización, buscan ayudar a solucionar la crisis también por separado cada uno de los países que la integran, agregó.

Según el diplomático, la ASEAN podría seguir prestando ayuda humanitaria a la población de Rakain y de otras provincias de Birmania, donde existe más necesidad de recibirla.

La enviada especial de la Organización de las Naciones Unidas para Birmania, Christine Schraner Burgener, dio a conocer el 31 de marzo los datos de la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos de Birmania, según los cuales después del 1 de febrero más de 2.700 personas fueron arrestadas o enjuiciadas y 536 asesinadas en el país.

Personal de primeros auxilios

Por su parte, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC, por sus siglas en inglés) instó a proteger al personal de primeros auxilios que se expone a grandes riesgos en medio de la creciente violencia en Birmania.

"Los niveles de violencia y el uso de fuerza letal que han provocado tantas víctimas y heridos graves entre la población son profundamente impactantes. Los equipos de primeros auxilios de la Cruz Roja de Birmania que trabajan en primera línea han brindado atención a más de 2.000 personas en esta emergencia, a menudo con un gran riesgo personal", declaró el director regional de Asia Pacífico de la ICFR, Alexander Matheou.

El ejecutivo señaló que algunos socorristas y médicos de la Cruz Roja de Birmania fueron detenidos, intimidados o heridos en los dos meses que transcurrieron desde el golpe militar, y que sus ambulancias y otras propiedades sufrieron daños.

"Esto es inaceptable. Los trabajadores de la salud nunca deberían ser un objetivo. Se les debe otorgar un acceso humanitario sin restricciones a las personas necesitadas, subrayó Matheou.

Según la IFRC, unos 2.000 voluntarios de la Cruz Roja trabajan en 246 puestos de primeros auxilios a lo largo del territorio birmano. Cuentan con una flota de 142 ambulancias que han estado utilizando en las semanas recientes para tratar y evacuar a los heridos o enfermos graves.

La actual crisis política, a juicio de la IFRC, amenaza con desestabilizar los programas humanitarios en curso, además de malograr los esfuerzos por contener la pandemia del coronavirus en Birmania, donde "la capacidad de pruebas, rastreo y tratamiento se ha reducido notablemente en los últimos dos meses".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó 31 ataques cometidos contra instalaciones y personal de atención médica en Birmania, entre el 1 de febrero y el 24 de marzo de 2021. Estos incidentes se saldaron con dos muertes y seis heridos.

Según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP), la represión de las protestas que siguieron a la asonada militar del 1 de febrero en Birmania provocó al menos 536 muertos.

El pasado 1 de febrero, pocas horas antes de constituirse el nuevo Parlamento de Birmania, los militares dieron un golpe de Estado, detuvieron a numerosos líderes políticos, entre ellos el presidente Win Myint y la asesora de Estado (rango de primer ministro) Aung San Suu Kyi y decretaron el estado de emergencia por un año.

Los altos mandos del Ejército, que gobernaron Birmania durante décadas, justifican el golpe por las denuncias de fraude masivo en las elecciones generales de noviembre pasado, que dieron una clara victoria a la Liga Nacional para la Democracia.

La asonada generó un amplio repudio internacional y una oleada de protestas en el país, con miles de personas desafiando la represión y protagonizando protestas callejeras y acciones de desobediencia civil para reivindicar la restauración del gobierno civil y la liberación de los presos políticos.

Más del 70% de los funcionarios públicos, incluidos los médicos, abandonaron sus puestos de trabajo y se unieron a la campaña de desobediencia civil.