Bolsonaro nombra al médico Marcelo Queiroga como nuevo ministro de Salud

RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, decidió nombrar al médico Marcelo Queiroga como nuevo ministro de Salud del Gobierno, en sustitución del general militar Eduardo Pazuello.

"Se decidió esta tarde el nombramiento del médico, doctor Marcelo Queiroga, para el Ministerio de salud, él es presidente de la Sociedad Brasileña de Cardiología", informó Bolsonaro a un grupo de simpatizantes, según recoge el portal G1.

El mandatario mantuvo una reunión con Queiroga, y aseguró que el nombramiento será publicado en el Diario Oficial de la Unión.

Bolsonaro aseguró que la conversación con el que será nuevo ministro fue "excelente" y que ya le conocía desde hace años.

"En mi opinión lo tiene todo para hacer un buen trabajo, dando continuidad a lo que Pazuello hizo hasta ahora", añadió.

Antes de escoger a Queiroga, Bolsonaro barajó la posibilidad de nombrar ministra a la médica Ludhmila Hajjar, con la que también se reunió durante el fin de semana.

No obstante, Hajjar declinó la propuesta, argumentando que no hubo una "convergencia técnica entre los dos".

La médica, candidata favorita de los sectores de la derecha más moderada, es partidaria de las medidas de aislamiento social y crítica del tratamiento precoz con medicamentos ineficaces contra el COVID-19 que suele defender Bolsonaro.

Con la entrada de Queiroga a la cartera, Brasil sumará su cuarto ministro de Salud en un año, justo cuando atraviesa la peor fase de la pandemia.

Los primeros meses de gestión de la crisis sanitaria estuvieron marcados por las tensiones entre Bolsonaro y el entonces ministro Luiz Henrique Mandetta, que acabó siendo destituido.

Su sustituto, Nelson Teich, dimitió pocos después también por diferencias con el presidente, sobre todo por las presiones que recibía para que prescribiera el uso de la cloroquina.

Pazuello, por su parte, se marcha entre críticas por la falta de coordinación de la campaña de inmunización y la escasez de vacunas, y por su rol en la crisis de falta de oxígeno en Manaos (Amazonas, norte).

Brasil lleva varias semanas con una media que ronda los 2.000 muertos diarios por COVID-19 y ya roza los 280.000, mientras que buena parte de los estados del país están con sus sistemas hospitalarios al borde del colapso o ya saturados.