El papa Francisco le promete al mundo el segundo diluvio universal si no entra en razón

El papa Francisco ha advertido que la humanidad se enfrenta a un segundo diluvio universal a menos que los líderes mundiales intensifiquen la lucha contra la corrupción y la injusticia. El primer diluvio fue mandado por Dios para "limpiar el mundo" y es muy probable que haga falta de nuevo, cree el pontífice.

Según Francisco, la razón física para el próximo gran diluvio podría ser el aumento de la temperatura y el deshielo de los glaciares. "[Eso es] lo que ocurrirá ahora si seguimos por el mismo camino", recalcó en una conversación con el escritor italiano Marco Pozza, quien también es capellán de la prisión de Padua. La conversación forma parte del libro Del vicio y de las virtudes.

Allí, el papa habla sobre las siete virtudes y vicios opuestos que el legendario artista Giotto pintó en la Capilla de los Scrovegni: justicia e injusticia; fortaleza e inconstancia; templanza e ira; prudencia y necedad; fe e infidelidad; esperanza y desesperación, y caridad y celos.

"Hay personas virtuosas, hay personas viciosas, pero la mayoría es una mezcla de virtudes y vicios. Algunos son buenos en una cierta virtud pero tienen algunas debilidades. Porque todos somos vulnerables. Y esta vulnerabilidad existencial debemos tomarla en serio. Es importante conocerla, como guía de nuestro camino, de nuestra vida", aconseja el clérigo citado por Corriere della Serra.

También insta a los líderes mundiales a ser "prudentes", ya que el papel de los gobiernos es "pararse a pensar" antes de actuar precipitadamente. La prudencia, afirma, va unida a la "simpatía, a la empatía, por las situaciones, las personas, el mundo, [y sus] problemas".

Pide paciencia en la fe y destaca que es una parte natural de la creencia que los cristianos tengan dudas en su fe y en Dios, pero que los verdaderos fieles perseveran en sus creencias a pesar de sus dudas y al final son recompensados.

Al hablar de la justicia, Francisco aduce el ejemplo del diluvio bíblico que destruyó el mundo, excepto a Noé, que fue considerado lo suficientemente virtuoso como para sobrevivir. Pese a que el diluvio puede ser un mito o una metáfora, se relata en la Biblia para mostrar cómo Dios utiliza la ira para castigar la injusticia y limpiar el mundo.

"La ira de Dios es contra la injusticia, contra Satanás. Se dirige contra el mal, no el que deriva de la debilidad humana, sino el mal de inspiración satánica, la corrupción generada por Satanás", asegura Francisco. Sostiene que la ira también puede ser una salvación si convence a la gente de que cambie sus costumbres.