El sistema español de becas encalla en el pago

BILBAO (Sputnik) — En los últimos años aproximadamente uno de cada cuatro universitarios españoles obtiene el reconocimiento a recibir una ayuda económica a sus estudios, una beca, pero este planteamiento que a priori es correcto tiene un fallo: el dinero llega en la segunda mitad del curso.

"Las becas se pagan muy tarde", comienza reconociendo Andrea Henry, la presidenta de Canae, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes, mayoritaria en el sector.

"Entregamos la documentación en septiembre y de ahí hasta que te comunican si te la han concedido o no pasan dos o tres meses. Y más o menos ahora están empezando a pagarse las primeras", explica esta líder estudiantil, alumna de Psicología.

Desde el Ministerio de Educación reconocen a Sputnik que, para mediados de febrero, se habían pagado un 54% de las 625.000 becas concedidas.

El bloguero elbecador, cuyo blog y perfil de Twitter es muy conocido en ámbitos universitarios, explica que las tramitaciones comienzan en el mes de octubre, una vez cerrado el periodo de solicitud.

Este funcionario de una unidad de becas de una universidad española añade que "primero hay que comprobar la información, todo lo que declaran en la solicitud y, una vez comprobado, las universidades requieren al Ministerio el cruce de datos con la Agencia Tributaria", en referencia a la revisión de la renta del solicitante y su familia para medir su necesidad de ayuda económica.

Reformas en el horizonte

Desde el Ministerio de Educación español se anunció a finales de enero una reforma en la gestión de las becas para el curso 2022-23 para adelantar la comunicación sobre la concesión o denegación de la ayuda económica a antes del inicio del curso; así muchos estudiantes sabrán los gastos que se podrán permitir.

"La idea —explica elbecador— es comprobar todos los requisitos económicos antes del verano y comunicárselo al estudiante; así para septiembre solo quedaría calcular la parte del dinero que depende de la nota del curso anterior", concluye tras explicar que, de esta manera, la convocatoria de becas se tendría que adelantar a la primavera anterior al inicio del curso.

Hay que decir en este punto que en el sistema educativo español, normalmente, quien no ha aprobado una asignatura en junio, tiene una nueva oportunidad en septiembre, justo antes del inicio del siguiente curso; de ahí que el cálculo de la nota media solo se pueda hacer en ese mes, en la mayoría de los casos de los universitarios.

En Europa, adelantos

Desde Estocolmo, José Montalbán Castilla, profesor de Economía en la universidad de esa ciudad pone como ejemplo el caso francés, donde el alumno recibe un primer pago de la beca al inicio del curso en septiembre u octubre.

Este investigador español que centró su tesis en la evaluación del sistema de becas universitarias señala que en España se podría tener en cuenta, al igual que se hace en Francia, "el ingreso fiscal de dos años antes, en lugar de uno".

Montalbán explica que "si las seguimos concediendo en base al ingreso familiar del año anterior a la solicitud, las becas se seguirán tramitando tarde debido a que la campaña del IRPF termina a finales de junio", en referencia al periodo en que se declaran ante las autoridades fiscales españolas los ingresos del año anterior.

Esta reivindicación también es planteada por los estudiantes agrupados en Canae que afirman en conversación con Sputnik que comienzan a conocer casos de alumnos que tienen que recurrir a préstamos para pagar los gastos de los primeros meses.

El Ministerio de Educación español dotará el presupuesto para ayudas al estudio para el próximo curso 2021-22 con 2.000 millones de euros, "con 128 millones de euros más para responder a la bajada de las rentas provocada por la pandemia", según el propio organismo.

La ministra Isabel Celaá reactivó en 2018 tras siete años de inactividad el Observatorio Estatal de Becas y Ayudas al Estudio. Allí se estudian todas las propuestas en esta materia para un sistema educativo del que, desde todas las instancias de la sociedad española se repite una y otra vez que es el futuro, pero por el momento tiene su talón de Aquiles en la gestión de sus ayudas.