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España saca del diván de la historia silenciada a su mejor periodista


La figura de Chaves Nogales es reclamada ahora tras ser callada durante décadas.



Por Gonzalo Wancha



© Cortesía de la familia de Chaves Nogales
El periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944) es considerado por muchos el mejor periodista español de la historia y uno de los más importantes cronistas en castellano del siglo XX. Sin embargo, hasta ahora, apenas ha sido una inspiración para las nuevas generaciones de periodistas y escritores, ya que para muchos, incomprensiblemente, aún es un gran desconocido.
Hasta hace bien poco, uno podía estudiar Periodismo en la Universidad de Sevilla y terminar licenciándose sin saber quién era Chaves Nogales, cuyo nombre bien podría ser el de la propia Universidad. Ahora, la reedición de sus obras completas por Libros del Asteroide forma parte de las listas de lo mejor del 2020 y a leer este 2021. También la Junta de Andalucía, a través del Centro Andaluz de las Letras organiza la exposición Cuadernos y lugares. Y además, la Junta remitirá a los institutos cuadernos didácticos para revitalizar la obra y vida de un personaje a través del cual podemos entender el pasado, presente y futuro de España y Europa. Décadas después de su muerte, Nogales concentra la atención que merece.

Chaves Nogales en la época del diario Ahora / © Cortesía de la familia de Chaves Nogales
¿Quién era Chaves Nogales?
Una breve reflexión sobre este autor resucitado: si fuera británico o estadounidense, sepan que ya habrían visto un buen puñado de películas suyas y una pugna entre HBO y Netflix por hacer su serie. Fue un hombre de su tiempo, apuesto e inteligente, periodista de sangre, modernista y transgresor, amante de su familia pero también de la aventura.

Atravesó Europa en avión para ser pionero del reporterismo internacional. Era una estrella, sus crónicas se leían en toda Iberoamérica, en su época –en castellano– no existían corresponsales o enviados especiales. Su avioneta se estrelló en un rincón del Cáucaso y sobrevivió para narrar, como primer periodista en castellano, lo que vio de la Unión Soviética, sin maquillajes ideológicos. Después de todo, como él dijo, su oficio se basaba en "andar y contar".
Nogales viajó por la Europa convulsa del ascenso de los totalitarismos. Estuvo en Roma y en Berlín, entrevistó a un tal Joseph Goebbels, el todopoderoso ministro de Hitler, a quien definió como "ridículo y grotesco", añadiendo que era una de esas personas devotas a "un ideal con el cual fusilan a su padre si se les pone por delante". No se hizo, claro está, buen amigo del régimen nazi.


Testigo en primera línea de la historia / © Cortesía de la familia de Chaves Nogales

Portada de Ahora / © Cortesía de la familia de Chaves Nogales
Con décadas de adelanto, alertó del exterminio de los judíos y de que Europa sería presa de los totalitarismos, tanto los fascistas como los comunistas... Y todo ello, lo hizo desde el rigor periodístico. Creó el Ahora, en el que se rodeó de las más ilustres firmas del momento: Valle–Inclán, Unamuno, Pío Baroja o Julio Camba respaldaban su proyecto desde el que combatía los estereotipos y prejuicios de la España más conservadora y regionalista.

Defendió el progresismo de la República de Azaña, ante los golpistas defendió la legalidad y vio cómo la violencia y las bombas cercaron Madrid durante la Guerra Civil. Volvió a hacer la maleta, esta vez obligado, se exilió a Francia donde fue testigo de la invasión nazi y de la resistencia –y connivencia– gala para con Hitler. De París tuvo que huir de nuevo a Londres, recuerden, tras su entrevista a Goebbles estaba en la lista negra de la Gestapo nazi.
Finalmente, en soledad y en Londres, murió de cáncer en 1944. Tenía 46 años y estaba separado de su familia por el exilio. Poco después, el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo le impuso una pena de 12 años de prisión, y dictó su inhabilitación absoluta y perpetua. Un aviso a navegantes.
© Cortesía de la familia de Chaves Nogales
Un tipo incómodo e inclasificable
"Que durante décadas no nos haya llegado su figura tiene que ver con que ha sido silenciado a conciencia por el franquismo pero también por sectores de la izquierda a los que incomoda".
— Eva Díaz Pérez, Directora del Centro Andaluz de las Letras
© Cortesía de la familia de Chaves Nogales
El escritor Felipe Benítez Reyes, Premio Nacional de Poesía o Premio Nadal, entiende que el carácter periodístico de su obra ha podido ensombrecer la dimensión literaria de Chaves Nogales, pero destaca al personaje. "Tuvo una vida trepidante e intensa, en parte por su oficio de 'repórter' y en parte por las circunstancias históricas. Creo que su obra refleja sobre todo un espíritu inquieto y curioso, propio de alguien que no sólo buscaba la anécdota periodística, sino el ahondamiento en lo aparente".

Chaves Nogales junto a un grupo de soldados norteamericanos en 1942
© Cortesía de la familia de Chaves Nogales
El escritor Felipe Benítez Reyes, Premio Nacional de Poesía o Premio Nadal, entiende que el carácter periodístico de su obra ha podido ensombrecer la dimensión literaria de Chaves Nogales, pero destaca al personaje. "Tuvo una vida trepidante e intensa, en parte por su oficio de repórter y en parte por las circunstancias históricas. Creo que su obra refleja sobre todo un espíritu inquieto y curioso, propio de alguien que no sólo buscaba la anécdota periodística, sino el ahondamiento en lo aparente".
Una obra aún por descubrir
En España, durante décadas, Chaves Nogales se redujo a su única obra no censurada, la biografía del torero Juan Belmonte: matador de toros. Aunque el periodista nunca llegara a ver una sola corrida de toros, es "uno de esos caprichos paradójicos que tiene a menudo la realidad", explica Benítez Reyes. El libro contenía su parte de revista, por contar la vida de una celebridad, la maestría artística del toreo, pero también mucho del realismo social de la España de principio de siglo XX y la profundidad sicológica del retrato de Belmonte. "Es una pieza maestra".
Como periodista y escritor, Nogales difuminó las líneas del género. "Fue un verdadero modernista en todos los sentidos", explica Eva Díaz. "Que un andaluz que vive y cuenta el presente se aventurara a una proyección tan grande, tanto en el tiempo como en las fronteras, le convierte en un verdadero transgresor".
En obras como A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España (1937), que expone 9 episodios de la Guerra Civil con sobriedad periodística, Nogales introduce aportes literarios como el monólogo interior de los personajes. "Hace, con décadas de adelanto, lo que luego hará el Nuevo Periodismo o el periodismo gonzo de Estados Unidos, diluye periodismo y literatura", asegura Eva Díaz, que compara la dimensión del personaje a un George Orwell.

"La verdad es que no puedo saber si su innovación respondió a un planteamiento o a un fluir", reflexiona Benítez Reyes, "a veces no hay que plantearse ser un innovador para serlo. La innovación puede ser un efecto colateral del talento".

© Centro Andaluz de las Letras
La voz de la tercera España
Acallado por el franquismo, pero repudiado por la izquierda. Perseguido por nazis pero, también, crítico con la represión comunista. La existencia de un periodista "antifascista y antirrevolucionario por temperamento", como se definió a sí mismo en 1937, nos recuerda que no todo eran trincheras, no todo eran bandos contendientes. Entender la España solo en rojo o azul es ya empezar a perder, una realidad que no ha cambiado.
"Es prioritario rescatar estas historias porque España sigue siendo un país de banderías", nos cuenta Eva Díaz. "Reivindicar a Chaves es reivindicar el orden democrático y la legalidad".
Con una sociedad cada vez más polarizada, con nacionalismos excluyentes cristalizados en el discurso político y extremismos espoleados a través de redes sociales que se proyectan atrofiando el entendimiento social, es hora de pensar qué diría Chaves sobre esta España actual. "Sería acusado de equidistante. Los partidistas exigen que todo el mundo tome partido, preferentemente por el suyo. Sigue vigente ese lema tan burdo: o conmigo o contra mí. Sin fisuras", reflexiona Benítez Reyes. "No creo que fuera partícipe de este periodismo de trincheras que vemos hoy, él era de los que están en tierra de nadie, la clave para que en este país no te recuerden o te maten a balazos", sentencia Eva Díaz.

© Libros del Asteroide
Chaves Nogales es un claro ejemplo de lo que pudimos haber sido, de la Tercera España, pero lamentablemente, como escribió sobre sí mismo en 1937, "he querido permitirme el lujo de no tener ninguna solidaridad con los asesinos. Para un español quizá sea éste un lujo excesivo", llevaba razón. Olvidado durante medio siglo, enterrado en Inglaterra en una tumba sin nombre, lejos de su Sevilla de patios, fuentes y naranjos, ahora vuelve a la luz. Más vale tarde que nunca.
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Fotos: Cortesía de la familia Chaves Nogales
Texto: Gonzalo Wancha
Diseño: Mónica Rodríguez Carballo
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