Así es el primer 'buggy' eléctrico movido a hidrógeno del mundo, hecho en Brasil

Lo llamaron Proyecto Júpiter en alusión al planeta formado por 85% de hidrógeno, ya que su idea está centrada en el uso del mismo elemento químico. Se trata del primer 'buggy' eléctrico del mundo impulsado por hidrógeno, una propuesta de un equipo de ingeniería de la Universidad de Campinas (Unicamp), Brasil, que está buscando financiación.

Desde 1995 el equipo Unicamp Baja desarrolla vehículos con motores de combustión interna, y ahora quiere dar un giro a su trayectoria a partir de soluciones sostenibles. Un equipo liderado por ingenieros de diversas especialidades —con apoyo de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE Brasil) y de la empresa canadiense Ballard Power Systems—, quieren construir el primer buggy eléctrico impulsado por hidrógeno, y para ello se proponen recaudar 25.000 reales (unos 4.700 dólares) a través de Internet hasta julio de 2021.

"El mejor escenario sería comprar piezas nuevas, pero la realidad es muy diferente. Hoy en día trabajamos con recursos limitados y lo que buscamos es reutilizar varios componentes", explicó al portal de la Unicamp Victor Alcântara, estudiante de la Facultad de Ingeniería Mecánica y uno de los responsables del Proyecto Júpiter. 

Con ello crearían un buggy todoterreno, con cuatro ruedas y que lleva una sola persona (el conductor). "Al ser todoterreno, pronto imaginamos un 4x4, pero nuestro coche sólo tiene tracción trasera y es de competición, lo que requiere más preparación que ciertos coches convencionales", puntualizó.

 Se trata de un buggy eléctrico propulsado por hidrógeno que no necesita grandes colecciones de baterías para el almacenamiento de energía —como sí necesitan los vehículos eléctricos que se comercializan hoy en día—. Según contaron a la Unicamp los miembros del equipo, la pila de combustible alimentada por hidrógeno es el cerebro del sistema de energía del vehículo. "En la célula, con la reacción inversa a la electrólisis del agua, es posible generar la corriente eléctrica necesaria para alimentar el motor del vehículo". 

De este modo, a diferencia de los coches de combustión interna que emiten varios gases contaminantes, el único subproducto de la reacción en la célula es el agua. La propuesta del proyecto es reducir la emisión de gases de efecto invernadero y descarbonizar el aire atmosférico en las zonas urbanas, donde se concentra la mayor parte del parque automovilístico. En el futuro, podrá abastecer su coche de hidrógeno en las estaciones convencionales.

"Tendrá todas las ventajas de un buggy eléctrico convencional, pero podrá abastecerse en sólo 15 minutos cambiando la pila, mientras que en los demás el tiempo de recarga de la batería puede alcanzar las ocho horas", explican en el portal de la Unicamp. 

Para planificar el Proyecto Júpiter los estudiantes realizaron cursos centrados en técnicas sobre seguridad eléctrica y seguridad del hidrógeno. "Es un gas extremadamente inflamable y tenemos que tener todo un aparato, protocolos de seguridad, para evitar accidentes; incluso habrá sensores de fugas en el taller. Estamos trabajando en CAD [dibujos técnicos por ordenador] para llegar al taller con todo en papel para ponerlo en práctica", contó Alcântara. 

¿Cómo fue posible?

El Proyecto Júpiter comenzó con el reto propuesto a las universidades brasileñas por SAE Brasil junto con Ballard Power Systems, que ya suministró la pila de combustible para el buggy. Ocho universidades aceptaron la idea. Los pasos previos (virtuales) consistieron en la entrega de tres informes consecutivos sobre los proyectos de diseño de un prototipo de vehículo recreativo, todoterreno, monoplaza y robusto, que fuera seguro, fácilmente transportable, de sencillo mantenimiento y funcionamiento. El equipo de la Unicamp obtuvo 863 puntos sobre 1.000, ocupando el primer lugar. 

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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) February 5, 2021

​Ahora llega la fase de ejecución del proyecto, en la que la principal dificultad estriba en la obtención de recursos financieros para la construcción del buggy, las pruebas y la validación, por ello están realizando crowdfunding. Alcântara indicó que el colaborador puede elegir sus recompensas: desde las actualizaciones del proyecto (boletín informativo) hasta la inmersión total en el proyecto, con una visita al taller y pruebas de seguimiento.