Corrupción y desempleo preocupan a los hondureños más que el COVID-19

MANAGUA (Sputnik) — La corrupción y el desempleo preocupan a los hondureños más que la pandemia de COVID-19, reveló la más reciente encuesta de la firma regional CID Gallup, citada por un diario local.

"El ingrediente que más afecta la desesperación de los hondureños es lo que dicen del problema nacional: la corrupción en el Gobierno. La preocupación principal en los hogares es el desempleo de algún miembro de la familia", aseguró el estudio de la encuestadora con sede en Costa Rica que refiere el diario La Prensa.

Entre el 10 y 26 de enero CID Gallup realizó el sondeo de opinión pública número 107 en el país catracho, a través de llamadas a celulares a 1.200 adultos en todo el territorio nacional, con un porcentaje de error de más o menos 2,3.

"Encima de los problemas sanitarios, económicos, de seguridad y de corrupción, el resultado es que no están satisfechos con el manejo del presidente Juan Orlando Hernández durante los dos huracanes que azotaron el país a finales del año pasado y tampoco con la manera que ha afrontado la pandemia", agregó el comunicado institucional con los resultados de la pesquisa.

Acerca del rumbo del país, por décimo año seguido la población se muestra deprimida y el 75% cree que el país va por el rumbo equivocado.

A pesar de la situación, agravada por un nuevo pico de la pandemia, el 79% de la población encuestada expuso su optimismo sobre que 2021 será un mejor año comparado con su precedente.

Referente a las figuras políticas, el que tiene más opiniones favorables en esta encuesta es Tito Asfura, alcalde de Tegucigalpa y precandidato presidencial por el gobernante Partido Nacional, encabeza a los políticos en términos de popularidad, seguido Salvador Nasralla (candidato presidencial en 2017), y Xiomara Castro de Zelaya, aspirante a la primera magistratura por el Partido Libertad y Refundación (Libre).

Por su gestión de los cuatro años anteriores el actual mandatario, Juan Orlando Hernández (2014-2021), sacó la nota más baja en la evaluación de los presidentes hondureños de las últimas cuatro décadas, que favorece a los ex jefes de estado Carlos Flores (1998-2002) y Rafael Leonardo Callejas (1990-1994).