Xenofobia animal: las ratas topo desnudas tienen acentos y se discriminan entre sí

Las ratas topo desnudas son capaces de hablar dialectos diferentes dentro de sus propias colonias y son extremadamente hostiles con los roedores de otras, descubrió un equipo de científicos. Pertenecen a una de las especies más cooperativas del reino animal, y parecen tener cosas en común con los humanos.

Las ratas topo desnudas viven en su mayor parte en Somalia, en el centro de Etiopía, en Yibuti y en un gran número de territorios situados en el norte y el este de Kenia. Habitan bajo tierra en grandes colonias. El número de ratas puede oscilar entre 75 y 300 ejemplares. Estos roedores arrugados, rosados y calvos son famosos por su baja tasa de mortalidad por cáncer, lento ritmo de envejecimiento y resistencia al dolor.

Una especie muy organizada  

Cada integrante de la colonia desempeña un papel determinado. Algunos son soldados, otros, trabajadores, y todos cooperan entre sí. Para los científicos siempre ha sido un misterio cómo pueden estar tan organizados, explicó a la cadena CNN Gary Lewin, profesor de neurobiología del Centro Max Delbrück para Medicina Molecular.

Son muy comunicativos y a menudo se les puede oír pipiar, chillar, gorjear y gruñir. Durante muchos años los científicos quisieron averiguar qué papel desempeñaban todas estas vocalizaciones en su vida social. 

Para lograr su objetivo los investigadores del Max Delbrück y sus colegas de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) grabaron 36.190 chirridos emitidos por 166 ratas pertenecientes a siete colonias diferentes. Estos sonidos son un tipo de vocalizaciones que por su naturaleza se parecen al piar de un pájaro. 

Con la ayuda de un algoritmo analizaron las propiedades acústicas de las vocalizaciones de cada roedor y llegaron a la conclusión de que cada colonia tenía su propio acento o dialecto. Los investigadores reprodujeron estas vocalizaciones y se dieron cuenta de que los animales solían responder a las grabaciones de su propia colonia, pero no a las de una extranjera. 

El equipo asegura que no se trata de un fenómeno genético, sino cultural. Para apoyar sus conclusiones tomaron crías de una colonia y las dejaron crecer en otra. En este caso los roedores empezaban a adoptar el dialecto de su nuevo hábitat y abandonaban el de su lugar de origen.

Xenofobia y conspiración 

El desarrollo de acentos y la manera en la que estos roedores los utilizan apunta a una de las características más detestables de su especie: la xenofobia.

"Las colonias de ratas topo son increíblemente xenófobas. Si un ejemplar [adulto] viene de una colonia diferente, en cuestión de minutos, lo reconocen y normalmente lo matan", señaló Lewin.

Se cree que el dialecto lo determina la reina de la colonia, la única hembra capaz de reproducirse como máximo con tres varones. Sus crías lo aprenden desde los primeros años de vida. Es obvio que todos los acentos no son fijos y que pueden cambiar con el paso del tiempo, cuando la reina muera o sea reemplazada.

Lo más interesante tal vez sea el hecho de que algunas ratas topo desnudas pueden ser ruines. Durante su investigación los científicos detectaron varios casos en los que una hembra de alto rango con un equipo de cómplices asesinaba a la reina.

Antes de ello los dialectos eran "mucho más cohesionados": todos hablaban de manera similar. En cuanto la reina se moría, "había un periodo de anarquía" y todos empezaban a hablar de manera más diferente hasta que se nombraba a la nueva monarca, recordó el interlocutor de la cadena.

La humanidad y la población de ratas topo desnudas parecen compartir más cosas en común de lo que se creía antes. Estos roedores tienen una cultura lingüística que se desarrolló mucho antes de que aparecieran los primeros seres humanos, aseguró el profesor Lewin.

"El siguiente paso es averiguar qué mecanismos del cerebro de los animales sustentan esta cultura, porque eso podría darnos una idea importante de cómo evolucionó la cultura humana", aseveró el principal autor del estudio, citado por el portal Science News.