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La 'niebla mental' por COVID-19 apuesta a la nanotecnología en Argentina

CC0 / Pixabay / Cerebro (ilustración)
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La llamada "niebla mental" incluye pérdida de memoria, confusión y falta de concentración, entre otros síntomas. Es uno de los efectos secundarios de COVID-19 más preocupantes. Ahora, un científico argentino creó un biosensor que puede tratar a las personas que lo sufren.
En la pandemia de COVID-19, la nanotecnología también avanza para contenerla. En Argentina, el investigador Ignacio Rintoul, del Instituto de Desarrollo para la Industria Química de la Universidad Nacional del Litoral y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) la aplicó con fines neurológicos. 
Preocupado por los efectos secundarios causados por la infección del virus SARS-CoV-2, Rintoul desarrolló un biosensor — un instrumento de tamaño micro para la medición de señales biológicas o químicas— que permiten identificar y tratar la secuela conocida como "niebla mental" entre los pacientes de COVID-19.
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Según la definición de Medical Net "El término 'biosensor' es corto para el 'sensor biológico'. El dispositivo se compone de un transductor y de un elemento biológico que puedan ser una enzima, un anticuerpo o un ácido nucléico. El bioelement obra recíprocamente con el analito que es probado y la reacción biológica es convertida en una señal eléctrica por el transductor. Dependiendo de su uso determinado, los biosensores también se conocen como immunosensors, optrodes, espejos resonantes, canarios químicos, biochips, glucometers y biocomputers".

¿Qué es la niebla mental?

Se trata de un trastorno neurológico que ha sido detectado en pacientes recuperados de COVID-19 que, aunque aún no tiene un cuadro clínico establecido, incluye síntomas como pérdidas de memoria, confusión, falta de concentración, mareos, y dificultades para recordar nombres y detalles.
Estos trastornos han aparecido incluso en casos de infección leve, y en personas que no tenían enfermedades preexistentes. Los números son alarmantes: en agosto un estudio francés realizado a 120 pacientes hospitalizados reportaba que un 34% manifestaba pérdida de memoria y 27% problemas de concentración. 
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Según una encuesta realizada la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), de los 200 síntomas que aparecen en los recuperados de COVID-19 —con un promedio de 36 por persona—, un 72% de los pacientes reportó pérdida de memoria y 78% falta de concentración, informó El Diario de España. 
"En casos más severos se ha constatado el adormecimiento de brazos y piernas, casos en donde la atención requerida para tareas sencillas como cruzar una calle o conducir un auto los deja exhaustos, el olvido de palabras, depresión, ansiedad, delirios y trastornos de estrés postraumático entre muchos otros síntomas", precisó Rintoul a Clarín.

¿Cómo funciona el biosensor?

Para paliar todos estos síntomas, Rintoul buscó crear un dispositivo a través de biomateriales que funcionan como válvulas que se activan para liberar drogas, como una especie de tatuaje con aplicaciones médicas y biosensores de glucosa súper-sensibles, según explicó el científico.
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"La temática de mi trabajo está centrada en la Investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en materiales avanzados y energía. Desde hace tiempo confeccionamos biosensores para facilitar la transmisión de información en la interfaz física existente entre distintas partes del cuerpo humano y máquinas de todo tipo", ilustró. 
Algunas de las preguntas que se han hecho los investigadores respecto a la niebla mental es cuántas personas realmente sufren este efecto secundario y, sobre todo, si se debe a un elemento aleatorio o si hay un factor común entre quienes lo presentan. Por el momento, la causa de estos síntomas no está identificada, aunque la hipótesis más aceptada es que se deba a la acción inflamatoria del cuerpo que llega al cerebro a raíz del virus SARS-CoV-2. 
"Por la masividad de los contagios (una tercera parte de la población mundial) y la cantidad de personas con potenciales secuelas neurológicas por COVID-19, desarrollamos biosensores portátiles muy baratos que permitan monitorear la actividad neurológica del paciente de forma práctica y equivalente al uso de nuestros biosensores de glucosa en sudor", expresó.
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El investigador, junto a su equipo, trabaja también en la creación de materiales que permitan analizar las señales neuronales con el fin de "recopilar información simplemente apoyándose sobre el cuero cabelludo del paciente". Gracias a los estudios hechos hasta ahora, identificaron la presencia de metabolitos, "típicamente asociados al cansancio, el estrés, la ansiedad y otros síntomas de trastornos neuronales derivados del COVID-19", ejemplificó. 
Los biosensores tienen como fin detectar también otra clase de elementos, para identificar también otra clase de síntomas. "Sabemos por ejemplo que la presencia de niveles elevados de ácido láctico se asocia a cansancio y estrés extremo y que la presencia de ciertas hormonas está en relación directa con fenómenos depresivos. De hecho, se pueden encontrar respuestas químicas características a distintos tipos de desórdenes neuronales", propuso.
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