Transición en EEUU: "Trump y sus seguidores no tienen idea de parar"

Dos miembros de la Guardia Nacional asignados a la seguridad durante la investidura presidencial de Joe Biden fueron separados del operativo por vínculos con milicias de extrema derecha. El alerta del FBI por la posibilidad de disturbios domina el traspaso de mando en la principal potencia mundial.

Cuatro asesinatos de presidentes y tres intentos contra otros dos forman parte de la historia política de EEUU. El primero se remonta a los orígenes propios como Estado, cuando Abraham Lincoln fue ejecutado a balazos en 1865. También en el siglo XIX fue ultimado James A. Garfield (1881).

Además de la coyuntura particular que vive el país, la advertencia lanzada por el FBI de un posible atentado o ataque contra Biden durante la investidura de este miércoles 20, encendió las alarmas aún más después de los sucesos del 6 de enero. Ese día partidarios del presidente saliente, Donald Trump, invadieron el Capitolio para evitar la confirmación del triunfo electoral del Partido Demócrata.

El FBI investigó a todos los miembros de la Guardia Nacional a cargo de la seguridad en el traspaso de mando. Dos de ellos fueron apartados del operativo por la cercanía con milicias de extrema derecha.

Atardecer de una semana agitada

"La semana del 6 de enero fue muy importante porque se condensaron muchas de las cosas que se habían ido gestando incluso desde antes de la administración Trump, y que ocurrieron de manera súbita pero de seguido", dijo a Sputnik Arturo López-Levy, profesor de Relaciones Internacionales en la Holy Name University (EEUU).

A los disturbios y polémicas posteriores se sumaron otras medidas que reafirmaron las señas de identidad de la era Trump, en un intento por condicionar la gestión Biden y mantener cautivo a un electorado que el 3 de noviembre le dio 75 millones de votos.

"Después de haber hecho lo insólito, siguió el día 11 incluyendo a Cuba en la lista de países terroristas. El día 12 celebró el gran triunfo que significaba la construcción del muro. (...) Al otro día, desde el Gobierno mandaron una instrucción para que las instituciones no gubernamentales que se dedican a ayudar con las adopciones de niños resuelvan en contra de la comunidad LGBTQ", enumeró.

"Esa es la dinámica que hay con Trump y sus seguidores que permite avizorar que no tienen idea de parar", apuntó Levy. El académico consideró que por estas y otras razones, la sociedad y la política local no serán las mismas porque se llegó a un punto de no retorno.

"Querer romper y guardar distancia con lo que ha sido Trump no permite un retorno a la normalidad pre-Trump", afirmó Levy. Y fundamentó que "no se pueden ignorar los cuatro años de constantes ataques a las instituciones norteamericanas y cuestionamientos al consenso bipartidista que en general se mantiene desde la segunda posguerra mundial".

"Biden ha dicho que EEUU debe tener otra perspectiva en su relación con el mundo y que como presidente quiere ser multilateral. Pero los otros países van a ver con escepticismo la idea de decirle 'aquí no ha pasado nada, vamos de nuevo al mismo lugar y ahí empezamos'", matizó el experto sobre cuál podría ser una primera reacción de la comunidad internacional.

Trump y después

Para Levy el segundo juicio político abierto y en trámite contra Trump tiene como objetivo principal que "no quede un acto como este con impunidad, para que el que lo trate de hacer de nuevo lo piense dos veces". Y agregó que el intento por evitar que Trump se presente como candidato en 2024 "es lo menos importante, aunque es lo que mediáticamente se ha referido más".

Desde la perspectiva del académico, el hecho de que el presidente saliente tendrá 78 años cuando llegue esa fecha le quita posibilidades, aun cuando el propio Biden comienza su gestión con esa edad. El docente en la Holy Name University considera que los otros líderes republicanos se lo impedirán para evitar que se termine adueñando del partido.

"Trump deja una guerra civil al interior del Partido Republicano además de los conflictos del país como tal", afirmó. Sin embargo, Levy consideró que su estrategia tampoco seguirá los parámetros habituales de la política tradicional, aunque "sí algo que es propio de los líderes populistas de derecha, el tema familiar".

"Ahí está Lara Trump, su nuera, ya preparando la campaña en Carolina del Norte. Se habla también, y yo creo que sería una candidata formidable si se decide a hacerlo, de Ivanka Trump. Ella puede correr contra el senador Marco Rubio por el puesto republicano en La Florida", graficó.

"Hay trumpismo más allá de Trump", aseguró Levy, aunque remarcó que los republicanos tratarán "de evitar ser el partido de Trump porque es un callejón sin salida a corto plazo".

Si el presidente saliente quedara como el vocero o referente principal de la oposición a partir del 21 de enero, "le facilitaría las políticas al Partido Demócrata, porque podría decir '¿saqué al tarro del atascadero, y ahora vienen ustedes con la misma gente a poner el tarro en el mismo lugar?'".