El refugio VIP y ¿subversivo? al que solo se accede con invitación en Argentina | Fotos

Un bar, una "cueva", un museo de pasiones y antigüedades privado, armado con miles de artículos históricos recuperados, con altares a la política, al fútbol y a las expresiones de la argentinidad. Es también un homenaje a los recolectores de basura y un lugar de encuentro al que solo se accede con invitación.

Desde afuera, se trata de una casa de barrio que podría pasar desapercibida en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, al franquear el portón de entrada, se accede a una de las guaridas de cultura popular más deslumbrantes de Argentina: el Café Las Palabras, del diputado nacional Eduardo Valdés. En la "cueva", como la llama su anfitrión, se acumulan los tesoros de 20 años de coleccionismo y pasiones.

© Sputnik / Francisco Lucotti

En la sección de ingreso, hay un antiguo surtidor de la petrolera argentina YPF y otros objetos recuperados de una vida cotidiana argentina que ya no existe, como aparatos electrónicos de antaño, memorabilia de un mundo pasado en los que se entrelazan la historia y arte del país con la vida del coleccionista.

En uno de los rincones más personales del lugar, se encuentra un clásico sillón de peluquería que pertenecía a quien fuera el profesor de armónica de Valdés, misma butaca en la que se grabó una escena de la película Gatica, que cuenta la vida de este boxeador e ícono popular argentino, dirigida por el célebre cineasta y músico argentino Leonardo Favio, film cuyo póster se haya en la pared superior, entre otros.

"Yo tenía un programa de TV que se llamaba Café Las Palabras, que tuve durante ocho años y dejé cuando me fui de embajador al Vaticano [2014-2015]. Empecé a construir este lugar imaginando que iba a ser donde iba a terminar grabando; en lugar de hacerlo en los estudios, donde yo ambientaba un espacio para que pareciera un café, este era mi café de verdad, donde estaban los objetos que a mí me generan emociones", dijo a Sputnik Valdés.

En el ambiente principal conviven en forma de esculturas a escala el papa Francisco tocando el bandoneón, el matrimonio icónico de Perón y Evita, los expresidentes Raúl Alfonsín (1983-1989) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), las estrellas de la música popular Tita Merello, Frank Sinatra y Elvis Presley, y una de las piezas más nuevas, el presidente Alberto Fernández, que toca la guitarra junto a su perro Dylan.

© Sputnik / Francisco Lucotti

En el techo el salón, a la manera de La creación de Adán, el inmortal fresco realizado por Miguel Ángel que corona el interior de la bóveda de la Capilla Sixtina en la Santa Sede, están los astros máximos del deporte favorito de los argentinos: Diego Maradona, que ilumina con su toque de gracia a Lionel Messi.

© Sputnik / Francisco Lucotti

¿Cómo surgió el Café Las Palabras?

No solo los objetos inigualables y su valor histórico hablan de lo argentino y las raíces de su pueblo, también la manera en que este museo a la cultura popular fue originado: paradójicamente, del descarte, de la crisis, del trabajo, de la dignidad.

"Después de la crisis de diciembre de 2001 en Argentina, leí una nota basada en un informe académico que decía que en la ciudad de Buenos Aires pasaron de haber 5.000 cirujas o cartoneros a 120.000 familias que hurgaban en los residuos como método de subsistencia; obreros de la construcción, empleados gastronómicos y operarios textiles, en su mayoría, que habían quedado sin trabajo", dijo a Sputnik Valdés, quien entonces era legislador porteño.

© Sputnik / Francisco Lucotti

Contó que había entonces una ordenanza, redactada en la época de la última dictadura militar (1976-1983), cuando se privatizó el sistema de recolección de residuos, que establecía como delito tocar las bolsas de basura una vez que estaban en la calle. Valdés impulsó una ley que planteó la creación de plantas de separación y que el Estado le pague a cooperativas de cartoneros, antes inexistentes.

"Me doctoré en derecho cartonero. Tomando contacto con todos ellos, porque armé una jornada en la legislatura porteña que se llamó 'El trabajo no es basura', empecé a ver que ellos recuperaban cosas que la gente tiraba que a mí me parecían extraordinarias, ellos me hicieron valorarlo, así empecé", explicó Valdés.

El peronismo y el progresismo latinoamericano se encuentran

Las paredes de todo el espacio desbordan de imágenes y figuras en la que se representan las pasiones de Valdés, las coloridas vitrinas y la parafernalia dedicada a los genios del fútbol, el boxeo, la literatura, el rock, decenas de afiches de cine, cientos de discos de vinilo, miles de juguetes. Está muy presente el peronismo, el movimiento político popular argentino más convocante, y del que Valdés es representante.

Destacan artículos como un furgón, único que permanece de su especie, y una moto Puma, de fabricación nacional y desarrollados en la época de impulso industrial durante la presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1955), además del Justicialista Gran Sport, un auto de competición que llevaba el nombre del movimiento político fundado por el líder político, y que todavía funciona, aunque estaba en el taller mecánico.

© Sputnik / Francisco Lucotti

Valdés cuenta que, además de los vehículos peronistas, los objetos que considera más valiosos son tres uniformes militares que pertenecían a Perón, que se pudieron rescatar de alguien que se los había robado después del golpe de Estado con el que destituyeron al expresidente en 1955.

"Uno de los generales del golpe se los llevó a su casa. Pasó lo de siempre, que el general lo tuvo escondido, sus nietos quisieron vaciar el departamento y se los regalaron al encargado del edificio, que tenía mucha más conciencia, y que es el que me lo dio a mí en custodia para que lo exhibamos", contó el diputado.

El espacio se fue armando de a poco, a medida que crecía su colección, y el mobiliario se inspira en los bares porteños y sus estilos. Lo inauguró en 2009 y en este bar para amigos brindaron en diferentes ocasiones los expresidentes José Pepe Mujica, de Uruguay; Dilma Rousseff, de Brasil; Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales, de Bolivia y Fernando Lugo, de Paraguay.

Aquí, en febrero pasado, festejó su último cumpleaños Cristina Kirchner, vicepresidenta y expresidenta argentina, amiga personal de Valdés. El diputado cuenta que sueña con recibir a otra figura de relevancia, de quien se considera también cercano: Jorge Mario Bergoglio, el papa argentino.

"Albergo emociones placenteras, cariñosas, de sentimiento positivo, historias de cine que he visto, de música que he escuchado, pasiones futboleras y muchas cosas de la historia que me tocó vivir. Es un lugar cerrado, es mi living, no es abierto al público, es un lugar donde han venido muchas figuras de América Latina a compartir unos momentos, por mi militancia política muy activa", comentó.

Valdés recuerda dos reuniones con especial cariño. La primera, una semana antes de la asunción de Alberto y Cristina Fernández, en diciembre de 2019, una cena en la que estuvieron presentes su familia, la fórmula presidencial electa con sus familias y el cineasta estadounidense Oliver Stone.

"Otro lindo día fue uno en el que estuvieron grandes artistas argentinos de la música, como Ignacio Copani y Adriana Varela, cantando junto a Rafael Correa hasta como las 4 de la mañana. Estaba Axel Kicillof, hoy gobernador de la provincia de Buenos Aires, cantando 'Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia, comandante Che Guevara'. Fue increíble", recordó.