Descubren unas inesperadas adaptaciones en peces eléctricos de la Amazonía

Una investigación de unos peces débilmente eléctricos que habitan un área remota de la cuenca del río Amazonas, en Brasil, reveló detalles inesperados —y anteriormente desconocidos— acerca de su comunicación y comportamiento.

Los Eigenmannia vicentespelea han perdido sus ojos y pigmentación, pero han ganado órganos eléctricos un poco más poderosos que los de sus parientes de la superficie. Así detectan más fácilmente a sus presas y se comunican mejor en la oscuridad absoluta. De hecho, el estudio reveló que esos peces eléctricos son capaces de interactuar entre sí a distancias más grandes de lo esperado, detalló Phys.org.

"Curiosamente, nuestro análisis de sus campos eléctricos y movimiento muestra que pueden comunicarse a distancias de metros, lo que es bastante para peces que miden alrededor de 10 centímetros de longitud", dijo Eric Fortune, autor principal del estudio y biólogo del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey (NJIT).

Estos peces débilmente eléctricos acceden a un canal especial para intercambiar mensajes de larga distancia a través de cambios en la amplitud de las señales eléctricas que se envían entre sí. Ellos son capaces de percibir estos mensajes sociales y alterar el comportamiento de los demás a distancias de hasta varios metros de distancia.

"Básicamente, nuestra evidencia muestra que los peces están hablando entre sí a distancia a través de la electricidad usando un canal secreto oculto y modulaciones de amplitud que surgen a través de la suma de sus señales eléctricas. No es diferente al funcionamiento de una radio AM que depende de la amplitud de modulaciones de una señal de radio", detalló Fortune.

Además, los datos recolectados a lo largo de varios días en los hábitats acuáticos de estos peces revelaron que la intensidad de las descargas eléctricas en los animales que viven en las cuevas era aproximadamente 1,5 veces mayor que la de los peces de superficie. Eso, pese al alto costo energético de cada descarga eléctrica, equivalente a hasta una cuarta parte de su presupuesto energético total. 

Tomografías computarizadas de ambas especies mostraron, además, que los peces cavernarios también poseen órganos eléctricos relativamente más grandes que sus compañeros de la superficie, lo que podría explicar su fuente de energía eléctrica adicional.

La investigación mostró también que, debido al cambio de los ojos por una mayor percepción electrosensorial, los Eigenmannia vicentespelea, eran más sociales y territoriales en todos los momentos del día. Al contrario de sus parientes de la superficie que duermen durante el día y buscan comida en la noche, el pez de las cuevas carece de un ciclo día-noche.

Si bien se han empezado a reportar fenómenos similares en algunas otras especies, Fortune señala que el descubrimiento de las interacciones distantes en el estilo radio AM es el primero de su tipo conocido entre los peces eléctricos de las cavernas. El biólogo considera que los hallazgos podrían tener implicaciones en el campo de la neurobiología, en el que los peces débilmente eléctricos son un modelo para explorar la naturaleza de la conexión entre el cerebro y el cuerpo en otros animales, incluidos los humanos.