"La última puerta pacífica que quedaba abierta para la camarilla del FLPT se ha cerrado con firmeza ahora debido al desprecio del FLPT por el pueblo de Etiopía", declaró Ahmed después de que expirara el ultimátum de 72 horas presentado a las fuerzas rebeldes de Tigray para la rendición.
Ahmed aseguró que ante la ofensiva final hacia la capital de Tigray, Mekele, las tropas federales procurarán proteger del daño a civiles inocentes.
"Se harán todos los esfuerzos posibles para garantizar que la ciudad de Mekele, construida gracias al arduo trabajo de nuestra gente, no sufra daños graves. Se tomarán todas las precauciones para asegurar que los sitios del patrimonio, los lugares de culto, las instalaciones públicas, las instituciones de desarrollo y las áreas residenciales no sean objetivos", prometió.
El primer ministro etíope, ganador del Premio Nobel de la Paz 2019, instó a la población de Mekele a "desarmarse, permanecer en casa y alejarse de objetivos militares".
En las fases anteriores de la ofensiva, las fuerzas federales tomaron bajo control las ciudades de Axum, Adua e Idaga Hamus en Tigray.
Las autoridades centrales decretaron el estado de emergencia en Tigray, por un plazo de seis meses, y establecieron un gobierno interino, con un jefe nombrado desde Adís Abeba. El nuevo Ejecutivo sustituyó al gobierno regional, salido de las elecciones de septiembre pasado que, según Adís Abeba, fueron ilegítimas porque los comicios en el resto de Etiopía fueron aplazados debido a la pandemia de coronavirus.
El conflicto de Tigray ya provocó la huida de decenas de miles de civiles hacia el vecino Sudán.