La votación del presupuesto de la nación para 2021 el 18 de noviembre desató una crisis política y social cuyo desenlace aún es incierto. La aprobación fue gracias al apoyo de la bancada oficialista del partido Vamos, más los aliados con los que cuenta el presidente Alejandro Gianmattei en el Congreso.
Hasta entonces parecía que había superado con éxito la primera gran prueba de fuego en los 10 meses que lleva de gestión, sin contar la pandemia. Sin embargo, a medida que se empezaron a conocer detalles, el malestar social fue en aumento. El sábado 21 la población ganó las calles de la capital del país exigiendo la anulación del presupuesto y la renuncia del mandatario.
Este punto es clave ya que además de la propia realidad del país centroamericano, la pandemia y los desastres naturales agravaron la situación. El cuadro se completa con denuncias de corrupción que ya golpean al Gobierno.
En especial se le cuestiona la falta de resultados y de transparencia en relación con los préstamos obtenidos para contener la crisis sanitaria. Gianmattei había centrado su campaña electoral en combatir este flagelo, que había dominado la gestión de su antecesor Jimmy Morales.
Más aún, en septiembre de 2015 y por el mismo motivo la movilización social hizo caer al entonces presidente Otto Pérez Molina (2012-2015) cinco meses antes de entregar el mando.
Entre gallos y medianoches
Para la diputada Sonia Rodríguez, jefa del bloque parlamentario del Partido Winaq, fueron "múltiples razones" las que provocaron la ira social, concentradas en "la aprobación tan opaca del presupuesto, lo cual generó mucha indignación".
En primer lugar, indicó, por el nivel de endeudamiento público que contiene la ley: "Estamos hablando de la tercera parte de endeudamiento interno y externo", precisó.
Otro punto cuestionado por la sociedad y los partido de oposición como Winaq, es que "dentro de la recaudación tributaria se infla una proyección que de acuerdo al alcance que ha tenido este año, el Estado no tendrá la capacidad de poder llegar a esa meta".
Además se critica que haya sido aprobado de madrugada, cuando el país estaba bajo el asedio de tormentas devastadoras y sin capacidad de discusión parlamentaria ni la posibilidad de incluir propuestas planteadas por otros partidos.
"Es decir, quisieron engañar al pueblo frente a esos fenómenos para poder aprobar un presupuesto totalmente lesivo para el pueblo, y es eso lo que se está reclamando", indicó.
Cambios de fondo
Winaq y otros partidos se plegaron al pedido social para que renuncie Giammattei. No solo por el manejo presupuestal, sino también porque "no ha tenido capacidad de controlar la pandemia y aunado a ello los señalamientos de corrupción que este Gobierno vuelve a tener".
"Una asamblea constituyente empieza a tener eco y resonancia aquí en Guatemala", contó la legisladora, de origen maya poqomam. Dijo que ve un panorama de similares características en su país al que están viviendo Chile y Perú, donde la necesidad de reformar las constituciones está en el centro de debate político y social.
"Toda esta movilización finalmente nos va a tener que orientar a un mismo planteamiento de cambiar los sistemas. Y hacia eso me parece que vamos a ir enfocados también en Guatemala", estimó.
Para este miércoles 25 se esperaba una sesión del Congreso para dejar sin efecto el presupuesto votado la semana anterior. Si eso ocurre el Poder Ejecutivo podría mandar un nuevo proyecto, que debería ser aprobado antes del 30 de noviembre, caso contrario quedará vigente el de 2019.
¿Fractura en el ejecutivo?
En medio de las protestas sociales el vicepresidente del país, Guillermo Castillo, propuso que tanto él como Gianmattei debían renunciar y dejar que nuevas autoridades resolvieran el futuro guatemalteco.
La diputada fue contundente al detallar que "nuestra lectura es que si hay una disputa de poder al final es el mismo poder oligárquico, se enfrentan entre los que están peleando el poder y eso sí le está costando mucho al pueblo de Guatemala".
"Este sábado 28 de noviembre las organizaciones están convocando a la plazas, todo depende de esa presión social. De lo contrario ellos harán una modificación del presupuesto del año pasado pero con los mismo propósitos y fines. Si ellos no logran controlar y escuchar a la ciudadanía puede que sí vayamos a tener una mayor movilización".
"Es un Gobierno corrupto, opresor y también racista", dijo Rodríguez sobre una serie de medidas tomadas por ejemplo durante la pandemia, cuando decretó toques de queda para comunidades habitadas por pueblos originarios, "de tal manera que las mismas autoridades ancestrales de los pueblos indígenas lo han declarado non grato en varios territorios del país", explicó.