"Las condiciones sanitarias que vive el país a causa del COVID-19 no nos permiten en esta ocasión celebrar a la Virgen de Guadalupe peregrinando juntos a su santuario", anuncia un comunicado conjunto de las autoridades capitalinas y religiosas.
La histórica Basílica, levantada en el lugar donde habría ocurrido una aparición de una Virgen María morena en el año 1537, según la tradición católica, ante el indígena Juan Diego, beatificado por el Vaticano en 2002, estará cerrada del 10 al 13 de diciembre para evitar aglomeraciones.
El año pasado, entre el 10 y el 12 de diciembre peregrinaron a la Basílica de la Virgen de Guadalupe 10,6 millones de fieles, marcando un récord mundial para concentraciones religiosas.
Esa cantidad de visitantes es la mayor del mundo, tres veces más que el récord de 3,2 millones de peregrinos musulmanes a La Meca, en Arabia Saudita.
Recomendaciones a los feligreses
Las autoridades civiles y eclesiales invitaron a los fieles a festejar a distancia.
"Por el bien de todo el pueblo mexicano, nos motiva a tomar medidas de contención para evitar que el virus se propague, con las graves consecuencias que esto traería", dice el comunicado.
El anuncio señala que las peregrinaciones se han mantenido durante siglos, pero que este año millones de personas deben abstenerse de hacer la peregrinación anual ante el manto que portaba san Juan Diego, donde quedó impresa la imagen venerada.
Este año ha sido uno de los más difíciles en la historia mexicana, por lo que millones de personas desean acudir a la Basílica de Guadalupe, "en busca de consuelo ante la angustia, desesperación y desamparo que se experimenta por la pandemia y otros males", dice el anuncio oficial.
Sin embargo, las autoridades enfatizan que las condiciones sanitarias en el mundo, "nos motivan a tomar medidas de contención para evitar que el virus se propague, con las graves consecuencias que esto traería".
La jerarquía católica invitó a que los festejos se realicen en las parroquias o en las casas de los fieles, "evitando aglomeraciones y con las medidas de sanidad correspondientes".
Un operativo de seguridad será implementado durante los días de cierre, que orientará a quienes acudan a las inmediaciones del ancestral santuario a conmemorar ante la imágenes de la virgen en los hogares.
El relato mariano dice que la virgen morena se apareció en los primeros años de la colonización, en 1531, en el cerro Tepeyac, ante el indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
El indígena fue designado como intermediario para pedir a las comunidades y jerarcas católicos la construcción de un templo en ese lugar, donde se adoraba a la diosa Totantzin "nuestra madre venerada" de los pueblos originarios.
Desde 2002, aquel indígena chichimeca cuya existencia real sigue bajo controversia, se convirtió en San Juan Diego, al ser canonizado cuando el Vaticano ratificó su polémica existencia histórica, validando el milagro de la imagen impregnada en la túnica del indígena venerada por millones.