"Todos los visones contagiados con el COVID-19 en las granjas están eliminados; la Administración Danesa de Veterinaria y Alimentos sigue controlando las granjas del país para detectar el coronavirus", aseveró el organismo en su página en Twitter.
El gráfico adjunto indica que se trata de 284 granjas, otras 25 están marcadas como sospechosas.
15 de septiembre 2020, 12:25 GMT
El 4 de noviembre, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, anunció la decisión de sacrificar a todos los visones en el país porque podían ser portadores de una cepa mutada del coronavirus y transmitirla al humano.
Según explicó, la mutación representaba un "riesgo para la eficacia" de las posibles vacunas contra el COVID-19.
Acto seguido, las autoridades aprobaron una serie de medidas restrictivas. En particular, se les prohibió a los habitantes moverse entre las comunas, dejó de funcionar el transporte público, se cerraron los restaurantes, cines y teatros, y los alumnos se fueron a sus casas para continuar los estudios a distancia.
La semana pasada, las autoridades, sin embargo, relajaron las medidas adoptadas con relación a la nueva cepa, por no registrar nuevos casos de este patógeno en las personas del 19 de octubre al 1 de noviembre.
