Después de ofrecer un emotivo concierto de ópera para los vecinos de Cañada Real, la organización benéfica Fundación Madrina repartió alimentos, enseres, regalos y útiles escolares para los niños.
"[Queremos] humanizar y convertir la Cañada Real en un vergel, en una ciudad más humana para vivir. Porque hay una población infantil que necesitan ir a la escuela, necesitan un futuro más digno, y unas mujeres y unas familias que necesitan ese futuro", explicó el presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez.
La Cañada Real es un barrio del sureste de Madrid que se extiende a lo largo de 14 kilómetros. En él viven aproximadamente 7.283 personas, según datos de la Comunidad de Madrid de 2017.
"No tuvieron luz, y pasaron unas Navidades horribles. No tuvieron reyes [magos], no conocen a los reyes, y lo que más me llama la atención y me gustaría entender en algún momento es por qué quieren una muñeca que abra y cierre los ojos", explicó una de las voluntarias de la Fundación Madrina tras repartir juguetes a los niños de la Cañada Real.
Para dignificar la vida de los habitantes de la Cañada Real hacen falta medidas estructurales, gubernamentales, sin embargo, para los vecinos de este lugar cualquier ayuda y cualquier apoyo, será bienvenido.
"Humildemente, pues hemos venido a traer también alimentos, porque algunas familias nos lo han pedido, también cosas para los bebés, es decir mochilas con cosas para ellos. Porque hay familias que incluso no consiguen ni siquiera para comprarse un lapicero".
A finales de octubre, los habitantes de la Cañada Real salieron a las calles y cortaron la carretera por los cortes de electricidad que sufren.
