Los sospechosos de siempre
La Administración General de Servicios, agencia que se encarga de iniciar el traspaso de poder en EEUU, sigue sin certificar el triunfo del demócrata Joe Biden en las elecciones cuando ya ha pasado una semana de los comicios.
No importa, para eso ahí está una mano –negra de acuerdo al presidente de EEUU, Donald Trump– que mueve los hilos coreográficos cual titiritero. A la voz de '¡ya!', el sábado las principales cadenas estadounidenses –léase CNN o NBC, declaradas abiertamente enemigas íntimas del actual inquilino de la Casa Blanca–, lanzaron su proyecciones –encuestas– que en la práctica se convirtieron en un 'anuncio oficial' de la victoria de Biden.
A la coreografía de los medios se sumó de inmediato el principal interesado: Biden se autoproclamaba, al mejor estilo Guaidó, como vencedor de los comicios. "La gente de esta nación ha hablado. Nos han entregado una victoria clara, una victoria convincente", aseguró Biden. No sorprende viniendo de quién viene. Para no quedarse corto, disparó a discreción: "Esta noche el mundo entero está mirando a EE.UU. y creo que, en nuestro mejor momento, EEUU es un faro para el mundo".
Tampoco sorprende que del otro lado del Atlántico replicó una coral incauta en una suerte de canon musical, esa pieza de una composición basada en la imitación entre dos o más voces separadas por un intervalo temporal. Así, personalidades como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel, o su discípula al frente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, entre otros, atizaron el verbo para felicitar a un ganador no oficial. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se tomó su tiempo, pero acabó felicitándole también. Hasta ahí, todo normal.
De acuerdo a José Luis Orella. Dr. Historia y Dr. Derecho, esta reacción europea tiene una lectura económica, al indicar que en su momento el presidente Trump subió los aranceles a las importaciones de productos europeos, favoreciendo la economía nacional por tener un tamaño continental, lo que provocó que todos los grupos económicos exportadores europeos perdiesen un gran mercado como el estadounidense.
Lo que también ha sido normal, fueron las reacciones de países como Rusia y China, cuyos líderes son más cautos y muestran coherencia. Por un lado, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, declaró que el Kremlin esperará el resultado oficial de las elecciones antes de felicitar al candidato ganador. Del mismo modo, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Wang Wenbin, declaró que China espera los resultados oficiales y no se apresura a comentar la posible victoria de Biden. "Tomamos nota del anuncio del señor Biden", lanzó indiferente.
Rusia, el único enemigo para Biden
"Creo que la mayor amenaza para EEUU ahora mismo, en el sentido de vulnerar nuestra seguridad y nuestras alianzas, es Rusia", declaró Biden el pasado 3 de octubre. Unas palabras que causaron estupor en el Kremlin, y a las que respondió Peskov: "Con tales actitudes se alimenta un odio absoluto hacia Rusia".
Pero no sólo desde Rusia se tiene esa visión del sistema electoral de EEUU. Desde Reino Unido, el líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, publicó en Twitter un mensaje diciendo que "el ridículo sistema de votación postal ha contaminado la política británica. Ahora está haciendo lo mismo en Estados Unidos" y adjuntó un artículo de opinión de su propia autoría en Newsweek titulado "Why Trump Should Keep up the Fight" –¿Por qué Trump debería seguir luchando?–.
The ridiculous postal voting system has contaminated British politics. It is now doing the same in America.
— Nigel Farage (@Nigel_Farage) November 6, 2020
https://t.co/RB9SEr9d1R
En este sentido, Orella observa que "lo primero que nos puede resultar a los no estadounidenses es la sorpresa de que [EEUU] el país que va de primera potencia del mundo, el más avanzado, con unos sistemas muy sofisticados de nuevas tecnologías, o por lo menos eso es lo que siempre sus empresas privadas nos intentan vender a todos los demás, pues que tengan uno de los sistemas de recuentos mucho más antiguos. Desde luego incluso en España antes de las 10 de la noche [de una jornada electoral], todos ya sabemos quiénes son nuestros representantes democráticos".
"Entonces, es muy sorprendente que [en EEUU] todavía sigan con un sistema de recuento que habrá que mirar el por qué es tan antiguo, y a quién conviene que se mantenga", remacha el Dr. José Luis Orella.