"El documento responde a los compromisos que tenemos en relación a la Unión Europea y a los Acuerdos de París para llegar a la neutralidad climática no más tarde de 2050", explicó en rueda de prensa la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
En concreto, el proceso de transición marcado por esta estrategia a largo plazo tiene como fin que España reduzca en un 90% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) respecto a la fecha de referencia de 1990.
El 10% de emisiones restante (37 millones de toneladas) que debe ser reducido para alcanzar la neutralidad climática será absorbido por la creación de sumideros de carbono.
La estrategia aprobada por el Gobierno cree que "el consumo final de energía plenamente renovable a mediados de siglo aumentará la competitividad española", generando además "efectos positivos en salud, biodiversidad y adaptación al cambio climático".
"La ciudadanía se situará en el centro de este cambio, que se abordará desde una perspectiva de equidad y justicia social (…) generando oportunidades de empleo sostenible, especialmente en el entorno rural, y abordando el reto demográfico", asegura el Ministerio de Transición Ecológica en un comunicado.
Según las estimaciones del Gobierno, la llegada de la neutralidad climática permitirá también una reducción de elementos contaminantes que irá ligada a una disminución de más más del 60% de muertes prematuras en el año 2050 con respecto a 2010.