En conversación con Radio Sputnik, la Catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid indicó que el actual nivel de deterioro de las relaciones entre Bruselas y Moscú —llegando la Cancillería rusa incluso a no descartar congelar la comunicación bilateral—, es responsabilidad de "las dos partes".
Una política que no sólo generó respuestas rusas dirigidas directamente contra la UE para ponerla "en dificultad", sino que también tuvo efectos colaterales, similares o incluso más nefastos para sus intereses geopolíticos.
En este sentido, señaló el giro de Rusia hacia China, algo que "refuerza el eje Asia-Pacífico" en detrimento del "eje del gran continente europeo desde Portugal hasta Rusia", un enorme espacio en el que sus protagonistas comparten, desde los mismos desafíos, hasta los mismos valores cristianos.
Un paso a un posible nuevo orden mundial que viene acompañado de la "rebeldía" de potencias regionales que aprovechan la coyuntura para avanzar en sus proyectos a veces "agresivos". En este contexto, la experta citó casos como los "peligrosos" intentos de la Turquía de Recep Tayyip Erdogan de "recobrar" el Imperio Otomano, así como los no menos peligrosos movimientos de Arabia Saudita, uno de los artífices del Daesh.
Ante este escenario, la estudiosa volvió a enfatizar la importancia de "una alianza" entre la UE y Rusia, que además "es vital para los intereses energéticos" de los Veintisiete.
