La querella está respaldada por dos miembros de la Cámara de los Lores —el liberal demócrata Paul Strasburger, y la ex conservadora y periodista Patience Wheatcroft— y cuatro diputados de los partidos Laborista, Nacional Escocés y Verde.
"Parece que el Gobierno no ha solicitado pruebas de si el Estado ruso interfirió con éxito en la campaña del referéndum de la Unión Europea de 2016", argumenta Lord Peter Ricketts en un testimonio escrito en apoyo de los demandantes.
El exdiplomático, con escaño políticamente 'neutro' en la Cámara Alta y que fue asesor en Seguridad Nacional y presidente del Comité parlamentario Conjunto de Inteligencia, agrega que el Ejecutivo conservador "tampoco ha analizado los intentos rusos de influir en las elecciones del Reino Unido".
Los demandantes se apoyan en el informe sobre Rusia del Comité en Seguridad e Inteligencia del Parlamento de Westminster, que se publicó en julio de 2020, tras ser bloqueado por la oficina del primer ministro durante nueve meses.
Esa encuesta concluyó que hay "pruebas creíbles" de supuesta injerencia rusa en contextos electorales y en campañas de desinformación en Reino Unido.
El comité consideró que existe una amplia influencia de individuos y entidades rusas en todas las esferas de la actividad británica, incluida la política.
Por su parte, Rusia negó las acusaciones y apuntó que el informe de los parlamentarios británicos sobre una presunta injerencia rusa en los procesos políticos internos carece de pruebas.