"Este esfuerzo conjunto entre las Fuerzas Armadas de Honduras y el Ejército de Nicaragua es altamente positivo (…) el nivel de seguridad que sienten las poblaciones cercanas a la frontera (…) la Operación Sandino-Morazán, el despliegue de las tropas, el patrullaje a lo largo de nuestras fronteras, incrementa ese nivel de confianza y de seguridad a los pobladores", dijo el general Julio César Avilés, comandante en jefe de la institución castrense nica.
Las declaraciones del general de Ejército Avilés tuvieron lugar al término de una reunión virtual de trabajo con el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas, general de división Tito Livio Moreno.
Como resultado de las citadas operaciones el Ejército nicaragüense retuvo a 118 personas vinculadas a hechos delictivos, 44 hondureños y 74 coterráneos, así como tres embarcaciones y 180 migrantes ilegales, además de confiscar sustancias narcóticas y armas de fuego.
Las Fuerzas Armadas hondureñas reportaron la retención de 104 personas vinculadas a diversos ilícitos (32 nicas y 72 connacionales), 343 migrantes ilegales, al tiempo que impidieron el trasiego de estupefacientes, maderas, armas de fuego, municiones, 100 mil dólares y cuatro millones de lempiras (más de 160.000 dólares).