"Sabemos que unas 10 o 12 personas, el núcleo de la fábrica, son pagadas y todavía reciben dinero de Polonia y Lituania", dijo el mandatario en una reunión gubernamental transmitida por el canal Belarus 1.
El 26 de octubre la oposición bielorrusa organizó protestas a diferentes escalas y anunció una huelga nacional tras vencer el domingo el plazo para el 'ultimátum popular', lanzado por la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya a Minsk.
La política había amenazado con una huelga nacional si Minsk no cumplía las tres exigencias de los manifestantes –la dimisión del actual presidente bielorruso, el cese de la violencia y la excarcelación de los presos políticos– antes del 25 de octubre.
El 27 de octubre el primer ministro del país, Román Golovchenko, constató el fracaso de planes de la oposición sobre huelga nacional.
Lukashenko, por su parte, advirtió que las acciones de los participantes de la huelga equivalen al terrorismo.