Las Fuerzas Armadas turcas probaron el funcionamiento de sus sistemas S-400 del 13 al 17 de octubre cerca de la ciudad de Sinope situada en la costa del mar Negro.
La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Morgan Ortagus, declaró estos días que Washington protestará decididamente si se confirma la información sobre la realización de tales pruebas.
"En Sinope se efectuaron y se efectúan pruebas. No pensamos pedir autorización a EEUU si podemos hacerlo o no. La preocupación de estos señores se debe a que aquí se encuentran armas pertenecientes a Rusia. Por nuestra parte estamos firmemente decididos de avanzar en la dirección que hemos trazado", dijo Erdogan a los periodistas.
Al mismo tiempo señaló que Ankara no desiste de la intención de adquirir sistemas Patriot y está preparada para debatir este asunto con la parte estadounidense.
EEUU exigía que Turquía renunciara a este plan y a cambio adquiriera los sistemas estadounidenses Patriot y amenazó con demorar o suprimir la venta de novísimos cazas F-35 a la parte turca, así como imponerle sanciones de acuerdo con la ley estadounidense CAATSA (para contrarrestar a adversarios de EEUU a través de sanciones).
Ankara se negó a transigir y siguió sosteniendo negociaciones sobre la adquisición de un lote adicional de S-400.