"Ha perdido a su mamá. Unas personas que estaban simplemente sentadas en un balcón una agradable tarde escucharon un golpe, miraron hacia abajo y vieron a este pequeño en el balcón", dice Sarah Male, encargada principal del zoológico de Taronga Wildlife Hospital en Australia.
El animalito estaba a punto de convertirse en la cena del ganador de un enfrentamiento entre un cuervo y una urraca, afirma la veterinaria. Fue sacado de su madriguera a la fuerza, lo que demuestran varios rasguños en la espalda.
Pero bajo el cuidado de las enfermeras veterinarias pronto se le curaron las heridas. El bebé equidna, del tamaño de la palma de la mano, empezó a subir de peso y le crecieron algunas espinas, lo que es buena señal, dice la encargada.
"Va mejorando cada día, todavía es muy joven y en la naturaleza aún dependería de mamá, por lo que requerirá atención continua durante los próximos meses", cuenta.
El pequeño mamífero permanecerá en el zoológico hasta que le crezcan todas las espinas y pueda alimentarse por su cuenta.