El 8 de octubre Turquía emitió un aviso internacional a navegantes (Navtex) sobre las prácticas de tiro que realizaría del 13 al 16 de octubre en la región de la ciudad de Sinope.
"Cada contrato de compra de bienes de la industria de defensa incluye pruebas. Son parte del programa de adquisiciones, es una actividad puramente técnica", dijo Akar citado por la cadena NTV.
El titular turco señaló que la compra de los sistemas S-400 por Turquía no fue un capricho sino una necesidad, y no significa que Ankara se aleje de la OTAN.
"Si es necesario y si nos dan garantías de transferencia de tecnología, producción conjunta y un calendario de entrega, entonces podremos comprar sistemas Patriot o SAMP-T", subrayó.
El ministro añadió que los S-400 "no se integrarán en el sistema de defensa aérea de la OTAN, mientras Turquía cumpla con todas sus obligaciones respecto a la alianza".
La compra por parte del Gobierno turco de los S-400 rusos ha provocado roces entre Estados Unidos y Turquía, un aliado de la OTAN.
Desde 2018, EEUU ha presentado una serie de proyectos de ley diseñados para presionar al Gobierno turco para que cancelara la compra, incluida la eliminación de Turquía de la cadena de suministro de aviones de combate F-35.
EEUU propuso comprar los S-400 a Ankara en un intento por romper el punto muerto sobre las armas, que según Washington son incompatibles con los estándares de seguridad de la OTAN y podrían comprometer las operaciones de los nuevos aviones de combate F-35 de quinta generación.
En junio, Rusia y Turquía acordaron, en principio, el segundo envío de los sistemas S-400, según el jefe de la secretaría de la industria de defensa turca, Ismail Demir. El primer lote se entregó a Turquía en 2019.