Los techos y agujas de estas iglesias pueden verse completamente quemados o colapsados, y su interior quedó abierto la vista desde arriba.
"Es un sentimiento de pena horrible que tenemos todos. Que nadie lo podía creer. Ver cómo se derrumbó la torre, ver cómo saquearon. Ver cómo no nos dejaron ni la fuente, ni los platos, ni nada. La cocina está allí, tirada en la calle", dijo Valeria, miembro de la parroquia local.
La Parroquia La Asunción y la Iglesia San Francisco de Borja fueron saqueadas e incendiadas cuando los manifestantes marcaron el aniversario del comienzo de los disturbios sociales en Chile.
