El yihadismo vuelve a golpear
Una clase sobre libertad de expresión en la que mostró a sus alumnos las polémicas caricaturas de Mahoma publicadas por la revista satírica 'Charlie Hebdo'. Ese fue el pecado que cometió el profesor de secundaria Samuel Paty, por el cual fue decapitado el pasado viernes por un terrorista islamista en Conflans-Sainte-Honorine, distante 50 kilómetros de París.
Rápidamente los medios en Francia se apuraron a 'aclarar' que el asesino era un ruso nacido en Moscú y que contaba con estatus de refugiado político. Mientras, en fiscal nacional antiterrorista, abundaba en detalles sobre Abdullah Anzorov: "Tenía un permiso de residencia expedido el 4 de marzo, válido hasta marzo de 2030. De nacionalidad rusa y origen checheno, disfrutaba del estatuto de refugiado".
"La petición de la familia del asesino fue rechazada, pero otro tribunal francés que rige también sobre asuntos de asilo, le concedió la estancia. Es decir, es uno de los fallos en este sistema de asilo francés que pone de relieve que, mientras los especialistas que consideran que la familia del asesino no tenía derecho al asilo político, hay otro tipo de jueces que consideran que 'por qué no', y se dejan convencer", observa Rivas.
Un extremo que no se lo creía ni siquiera la oficina que estudia el asilo político en Francia, según el periodista. "Pero como suele pasar en otras ocasiones en Francia, hay otro tipo de jueces que por creerse más progresistas, consideran que tenía derecho. Este es uno de los primeros fallos de este sistema y que explica cómo este joven y su familia llegaron a Francia y se instalan en la ciudad de Evreux [a unos 100 kilómetros de París] donde ya viven más de 60 familias de chechenos que han conseguido refugio en Francia y que son vigilados por los servicios de inteligencia francés".
¿Los terroristas chechenos, según Francia?
Rivas afirma que un gran problema que podría estar dándole alas a los yihadistas y sus ataques en Francia es la ideología de ciertos jueces y partidos políticos franceses, y de ciertas partes del poder en ese país, que antes de considerar, como lo hace una oficina que estudia el caso que lo rechazó, hace consideraciones políticas.
"Y cuando sufren ellos al terrorista en sus propias carnes, no se dan cuenta de lo que ellos han favorecido esa situación. En Francia se favorece ese tipo de ideología y ahora se tienen que comer sus propias palabras. Porque yo recuerdo como periodista también, que las primeras decapitaciones y las primeras imágenes de decapitación que he visto fueron obra de terroristas chechenos. Pero esto se olvida con una capa de política ideológica que se intenta olvidar acusando a otros factores", afirma.
"Es la misma reacción de un cierto tipo de prensa y de un cierto tipo de políticos en Francia, que por ejemplo cuando un francés musulmán de origen magrebí comete un atentado y un asesinato dicen 'él es francés', sin tener en cuenta que lo importante en estos casos de terrorismo islamista no es la nacionalidad, donde nace una persona. [En este caso] no es Moscú el problema, es una cuestión de cultura y de religión. Y este señor tenía religión y cultura musulmana porque su familia era chechena. Esto es muy difícil de explicar para la prensa francesa, primero porque a algunos no les interesa, y otros ni siquiera lo entienden", remacha Luis Rivas.