Si bien Anzórov es de origen checheno, realmente, no tiene nada que lo pueda asociar con Rusia, destacó el diplomático en su conversación con los medios.
Inicialmente las autoridades de Francia se negaron a conceder asilo a su familia, pero el Tribunal Nacional de Derecho de Asilo (TNDA) las obligó a reconsiderar su decisión en 2011. Dado que las autoridades francesas respetaron el dictamen del TNDA, Anzórov pudo haber recibido en marzo de 2020 el permiso de residencia tras cumplir 18 años.
Parinov agregó que, durante su vida en Francia, Anzórov no mantuvo contactos con la Embajada rusa. De esta manera, este crimen "no tiene nada que ver con Rusia", ya que su familia fue oficialmente aceptada por las autoridades francesas.
"En este caso, lo importante no es dónde nació una persona, sino dónde, cuándo y por qué comenzó a profesar una ideología extremista, que Rusia siempre ha condenado y sigue condenando sin reservas en todas sus manifestaciones", recalcó.
"Las raíces ideológicas de estos actos terroristas son las mismas", aseveró el senador.
Según la revista Point, la familia de Anzórov se mudó a Francia desde un pueblo situado al sur de la capital chechena de Grozni. Su padre trabajaba en el sector de la seguridad, donde posteriormente consiguió empleo para su hijo. Si bien le había comprado un vehículo, no le conocía tan bien ya que no sabía nada sobre su "radicalización".
El 16 de octubre, Anzórov decapitó a un profesor de colegio a las afueras de París después de que este mostrase caricaturas del profeta Mahoma en una clase dedicada a la libertad de expresión. Esta noticia recorrió el mundo causando un gran revuelo en la opinión pública.
El presidente de Francia tildó este crimen de "un acto terrorista" y subrayó que "el oscurantismo y la violencia que lo acompaña no ganarán". A su vez, el líder checheno, Ramzán Kadírov, repudió el brutal asesinato, pero señaló que no "se puede intentar culpar" a todos los chechenos por lo ocurrido con este profesor.