Fagioli "jamás estuvo preso, simplemente se le dijo que lo ayudábamos a salir a la frontera o que se fuera en avión para volverse a ir porque no era bienvenido", dijo en conferencia de prensa el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, sobre el incidente del 16 de octubre por la noche.
Murillo, hombre fuerte del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, dio a entender que Fagioli era uno de los extranjeros a los que se refería cuando amenazó con expulsar o encarcelar a los observadores que provoquen violencia en Bolivia.
El caso desató también nuevos roces con el parlamento, cuya presidenta Eva Copa, del MAS, dijo que el diputado argentino había sido invitado por el órgano legislativo para participar como veedor de las elecciones.
"Faltan pocos días para que Bolivia vuelva al camino de la democracia", dijo vía Twitter la senadora Copa, quien sostuvo previamente que no reconocía a Murillo como Ministro de Gobierno porque el parlamento lo censuró el 14 de octubre por no asistir a una interpelación.
Expreso mi solidaridad al diputado argentino @Fede_FagioliOK, quien fue invitado por la Asamblea Legislativa para participar como veedor en las elecciones generales.
— Eva Copa (@EvaCopa_Bol) October 17, 2020
Faltan pocos días para que #Bolivia vuelva al camino de la democracia. pic.twitter.com/fmWUprk8zj
El ministro explicó que otros miembros de la delegación parlamentaria argentina ingresaron sin dificultad y que en el caso de Fagioli los servicios de Migración detectaron que habría mentido al registrarse como turista.
"Este señor es una persona que le ha hecho daño a Bolivia y no queremos gente que venga hacer injerencia en nuestro país (…) se le dijo que no era bienvenido a Bolivia y que por favor regresara a su país", insistió Murillo.
Añadió qe el Gobierno no veía en Fagioli a un observador electoral sino a un invitado del parlamento, y que fue admitido atendiendo un pedido del TSE al que se sumó la Organización de Estados Americanos, "para no causar problemas" al proceso electoral.