"Los efectos heterogéneos en la mortalidad de la pandemia de COVID-19 reflejan diferencias en cómo de bien los países han manejado la pandemia y en los niveles de resiliencia de su sistema de salud", señalan los autores.
En concreto, este estudio apunta que España tuvo una media de 98 fallecimientos por cada 100.000 habitantes tras la llegada del coronavirus, un 38% más de lo esperado a principios de año, situándose por delante de Inglaterra y Gales, ambas con un 37%.
Para llevar a cabo este estudio se analizaron los datos de exceso de muertes en 21 países de más de cuatro millones de habitantes que facilitan semanalmente sus cifras de mortalidad, la mayoría de ellos situados en Europa, con la excepción de Australia y Nueva Zelanda.
En estos países se registraron hasta 206.000 fallecimientos no esperados. En términos relativos, la mayor parte de este exceso de muertes se concentró en:
- Inglaterra y Gales (28%);
- Italia (24%);
- España (22%).
Aunque la mayor parte de estas muertes está relacionada con el COVID-19 y sus consecuencias (como el colapso hospitalario o el confinamiento), a nivel contable no todas ellas pueden ser vinculadas con la pandemia, lo que dificulta el análisis para los investigadores.
Pese a señalar que las cifras del exceso de muertes pueden ser un síntoma de cómo de bien se gestionó la pandemia en distintos países, los investigadores del Imperial College de Londres concluyen que no están "en una posición que permita dar una explicación uniforme en cuanto a las diferencias observadas entre los distintos países".
En ese sentido, los investigadores apuntan a que, de haber una respuesta, ésta se debe encontrar en una mezcla de las diferentes características sociales, económicas, ambientales, demográficas y asistenciales de cada país, eso sin contar otros factores como la posible existencia de eventos específicos que ayudaron a promover o suprimir la trasmisión del virus.
Casos
En total, desde que comenzó la crisis sanitaria se infectaron por el coronavirus 908.056 personas y otras 33.413 fallecieron, con 209 de estas muertes notificadas en el último día.
España presenta una incidencia acumulada del virus en dos semanas de 265 casos diagnosticados entre 100.000 habitantes.
Por regiones, el territorio más afectado sigue siendo Madrid con 2.700 de los nuevos contagios y una incidencia de 463 positivos, seguido de Andalucía que sumó 2.300 casos y Cataluña, con 1.500 más que 13 de octubre.
Mientras la región de Madrid, incluyendo la capital y ocho municipios, permanece confinada perimetralmente para evitar la expansión del virus por el país, las autoridades de Cataluña anunciaron nuevas medidas para contener el COVID-19.
La más contundente implica el cierre hasta noviembre de todos los bares y restaurantes de la región, que solo podrán prestar servicio de recogida o entrega a domicilio, además de salas de juego y casinos.
Con respecto a las restricciones de movilidad, algunas comunidades autónomas como Galicia, Andalucía y Castilla y León dictaron órdenes para limitar los desplazamientos en áreas de alta incidencia del coronavirus.
Otro de los territorios que muestran una evolución preocupante es la región de Navarra, con la mayor incidencia del país —de 774 contagios por 100.000 personas— aunque no cumple los criterios estipulados por el Ministerio de Sanidad para su cierre perimetral.
