Con la exhortación de circular por la calle con tapabocas, la obligatoriedad de tenerlo puesto en lugares cerrados, y las medidas sanitarias que prohíben compartir bebidas, tomar mate ya no es lo mismo en el Río de la Plata. De todas formas, esta tradición encuentra mecanismos para reinventarse y mantenerse viva.
La recomendación general es que "cada uno utilice su propio equipo matero", es decir, su termo, su mate y su bombilla. También se sugiere higienizar muy bien estos elementos antes de usarlos así como el paquete de yerba. Pero en absoluto se aconseja dejar de tomar mate, dado que es una compañía en tiempos difíciles.
"La tradición se mantuvo porque el mate tiene otro símbolo: ser un amigo, un compañero. Hemos hecho sondeos entre los consumidores durante la pandemia y destacan al mate como un aliado en momentos en los que no pueden salir ni juntarse con amigos. En cuanto al espíritu de las rondas de mate, se mantiene aunque cada uno tenga el suyo", añadió el comunicador.
De acuerdo con los datos estadísticos que manejan en el Instituto, el consumo de yerba mate en 2020 en Argentina se mantuvo igual que en 2019, año que marcó un récord histórico en consumo de esta infusión. Además de los beneficios psicológicos del mate, para mejorar el estado de ánimo, están también los físicos.
Aún es un enigma si las personas volverán a compartir mate una vez que pase la pandemia o si el hábito de que cada uno utilice su equipo matero llegó para quedarse en el Río de la Plata.
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