Un testigo que estaba de vacaciones en el estado de Tennessee —donde se ubica Gatlinburg— filmó con su teléfono móvil cómo un oso consiguió abrir por su cuenta la puerta de su minivan. En aquel momento, el hombre estaba relajándose en un jacuzzi y no estaba preparado para presenciar lo que vieron sus ojos.
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En las imágenes se puede apreciar la humanidad del oso, no solo por la facilidad con la que abre la puerta corrediza del auto, sino también por la postura que mantiene sobre sus patas traseras: como si él mismo fuera el dueño de este auto.
Según el testigo, era irónico pero unos momentos antes de lo ocurrido él había hablado con su madre sobre avistamientos de osos: cuándo y dónde es un buen tiempo y lugar para ver potencialmente a un ejemplar.