En marzo, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció una serie de medidas para frenar la propagación del COVID-19, necesarias para "ganar tiempo en la lucha contra el virus".
Las medidas han sido gradualmente suavizadas en todo el país. En las últimas semanas, sin embargo, el número de nuevas infecciones ha aumentado significativamente. Por eso el Gobierno ha anunciado nuevas restricciones. A partir del día 10, se permiten reuniones de no más de cinco personas de diferentes hogares en ambientes cerrados.