El 8 de octubre, el Gobierno armenio informó sobre un bombardeo de las fuerzas azerbaiyanas contra la catedral histórica de Ghazanchetsots en la localidad de Shusha, en Nagorno Karabaj.
"Condenamos de la manera más estricta el ataque de las Fuerzas Armadas azerbaiyanas contra la catedral armenio del Ghazanchetsots ubicada en la ciudad de Shushi de la República de Artsaj", dice el comunicado.
La entidad subraya que "la destrucción deliberada de lugares históricos, culturales y religiosos es una característica y notoria firma de las organizaciones terroristas internacionales".
"El ataque a la catedral en Shushi demuestra que la triple alianza criminal de Azerbaiyán, Turquía y organizaciones terroristas, que desató la agresión contra la República de Artsaj, está unida no solo por objetivos comunes, sino también por un sistema de valores y métodos criminales de guerra", puntualizó el comunicado.
Ambos bandos, que se acusan de haber desatado esta espiral bélica sin precedentes desde la guerra de 1992-1994, ordenaron movilización de reservistas, impusieron la ley marcial y sostienen combates con el uso de blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles a lo largo de la línea que separa a sus tropas.
Bakú perdió el control de Karabaj y siete distritos adyacentes tras la escalada de las hostilidades que tuvo lugar a principios de los 90 del pasado siglo.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.