"Las víctimas de violencia, por ejemplo, son aún más vulnerables" en el marco de la contingencia sanitaria mundial del nuevo coronavirus, dijo Cristina Mendoza, coordinadora de Salud Mental de la Delegación Regional del CICR para México y América Central.
"No todas las personas tienen la posibilidad de resguardo seguro para poder resistir un confinamiento o cumplir con las recomendaciones para mantener una sana distancia, ni hablar del acceso a la salud", dijo la responsable del CICR en la región en un informe.
Muchas de estas personas han vivido episodios traumáticos, "y la pandemia podría exacerbar su situación emocional", asegura Mendoza.
Los principales beneficiarios de la labor humanitaria son personas migrantes o desplazadas por la violencia, personas privadas de libertad, comunidades víctimas de la violencia y los familiares de las personas desaparecidas.
Estas condiciones los vuelve aún más vulnerables a las restricciones que la pandemia ha impuesto.
"Muchos de ellos, viven en constante incertidumbre, pues tienen familiares desaparecidos debido a la violencia y ahora, además, se encuentran ante el miedo de perder a otro ser querido debido a esta enfermedad", enfatiza la experta en salud mental de poblaciones vulnerables.
Revelaciones de sondeo
Un estudio sobre salud mental realizado por el CICR en siete países, mostró que un 51% de las personas encuestadas para esta investigación considera que la pandemia de COVID-19 incidió de manera negativa en su salud mental.
A raíz del brote del nuevo coronavirus, se agravan enfermedades mentales ya existentes, surgen otras nuevas y se ve limitado aún más el acceso a servicios de salud mental.
"La crisis sanitaria que se desató a raíz del COVID-19 ha exacerbado la angustia de millones de personas ya golpeadas por conflictos y desastres; la imposición de medidas de aislamiento, la pérdida de la interacción social y las presiones económicas inciden en la salud mental y el acceso a la atención", señala en el informe Robert Mardini, director general del CICR.
La situación exige un financiamiento urgente y más elevado para salud mental y apoyo psicosocial en las respuestas humanitarias.
El estudio intitulado "La mayor necesidad era ser escuchado: La importancia de la salud mental y el apoyo psicosocial durante COVID-19", subraya las necesidades urgentes en el plano de la salud mental de quienes se han desempeñado en la línea del frente de la pandemia.
Casi tres de cada cuatro personas que respondieron la encuesta (73%) opinaron que los trabajadores de la salud en la primera línea y los equipos de respuesta tienen más necesidades de apoyo en salud mental que el promedio de las personas.
Algunas recomendaciones del CICR para los Estados, incluyen otorgar acceso temprano y sostenido a servicios de salud mental y apoyo psicosocial para personas afectadas por la pandemia, entre otros
Un total de 3.500 personas respondieron a la encuesta encargada por el CICR en siete países: Colombia, Líbano, Filipinas, Sudáfrica, Suiza, Ucrania y Reino Unido.