Normalmente las hienas y los perros salvajes africanos suelen alimentarse de las sobras que dejan otros animales carnívoros, pero esta vez su ambición pudo más y decidieron arrebatarle la presa a un leopardo hambriento.
El leopardo intentó defender a su presa, pero si no huía se podía convertir en otro banquete para las hienas que llegaron a arruinarles el festín a los perros salvajes. Mientras la jauría se daba el festín, el leopardo tuvo que mantenerse lejos.