"Está larga la cola (fila), pero avanza, si todas están abiertas tenemos la garantía de que podremos surtir el tanque", indicó a esta agencia Roberto Díaz de 38 años de edad.
Las estaciones denominadas como subsidiadas venden 120 litros de gasolina a los conductores de autos y 60 a los motoristas.
"Acá todo funciona bien desde el fin de semana, el problema es que a veces no quieren que pagues con bolívares (moneda local), sino solo con dólares", relató Diego Fuentes de 45 años.
Este año la capital venezolana se ha quedado en dos ocasiones sin gasolina, la primera fue entre marzo y julio, tiempo en el que el racionamiento se aplicó solo a personal esencial en medio de la pandemia por COVID-19, y el segundo en septiembre.
Sin embargo, en el interior del país, como Bolívar (sur), Lara (oeste), La Guaira (norte), Anzoátegui (noreste), Cojedes (oeste) y Mérida persiste la escasez con algunas estaciones de servicio cerradas.
El Gobierno de Venezuela ha responsabilizado a la Casa Blanca de esta situación, por las sanciones que ha aplicado contra su industria petrolera en los últimos tres años.
Las medidas de Estados Unidos contra la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA), han impedido a la nación sudamericana la compra de aditivos para la producción de gasolina, así como contratar empresas de servicio, transporte y adquirir repuestos.