"No hablaría de algún tipo de revolución de color en Kirguistán. Es una lucha de clanes, y cada vez que se celebran elecciones hay disturbios", dijo Dzhabarov.
El senador afirmó que la república carece de estabilidad; por muy transparentes que estén organizadas las elecciones, siempre habrá desacuerdos con sus resultados.
"Para nosotros Kirguistán es un socio importante y es importante para nosotros que en Kirguistán haya una situación estable", agregó el legislador.
Asimismo afirmó que al frente de la república debe haber un líder que sea capaz de resolver los problemas sociales y económicos de los ciudadanos.
"Creo que el presidente actual logrará hacerlo", apostilló.
Miles de kirguises, seguidores de los partidos que no superaron el umbral electoral del 7%, se echaron a la calle el 5 de octubre para denunciar numerosas irregularidades en la votación y exigir la repetición de los comicios.
Las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Según el Ministerio de Salud kirguís, al menos una persona murió y 590 sufrieron lesiones en los disturbios. La cifra de heridos incluye a 150 hospitalizados, entre ellos 13 en UCI.
En la noche del 5 al 6 de octubre, los manifestantes ocuparon varias oficinas públicas, incluidas las sedes del parlamento, el gobierno y el ayuntamiento de Biskek. También lograron que el Comité de Seguridad Nacional excarcelara a varios políticos presos, entre ellos el expresidente Almazbek Atambáev (2011-2017) y el ex primer ministro de Kirguistán Sapar Isákov (2017-2018).
Zheenbékov confirmó también que había pedido a la autoridad electoral investigar las denuncias de irregularidades y, si fuese necesario, anular los resultados de los recientes comicios legislativos.