El mandatario se refería a las demandas presentadas por las organizaciones financieras internacionales a Rusia en aquel entonces, cuando Putin ocupaba el cargo de primer ministro del país.
Al explicar la necesidad de construir una política independiente, el presidente recordó que en estos años, cuando Moscú solicitó a dichas organizaciones una extensión del plazo para el pago de intereses sobre préstamos ya tomados, sus representantes exigieron que el Kremlin cambiara el rumbo político interno del país.
En particular, el presidente mencionó que los entes deseaban interferir en las cuestiones relacionadas a la integridad territorial de Rusia, a saber: la política llevada a cabo por Moscú de combate a las bandas terroristas en el Cáucaso.
"Fue algo inimaginable, inesperado para mí, pero así fue, yo soy partícipe de este proceso. Por lo tanto, debemos partir del supuesto de que debemos ser fuertes e independientes o no seremos nada en absoluto. Por lo tanto, en este sentido actuamos con mucho cuidado y cautela", subrayó el presidente.
Putin puso de relieve que esta experiencia influyó en la política de Rusia y su deseo de evitar que alguien le dictara al país cómo actuar, como pasó en los años 90 o a principios de los 2000.