El 5 de octubre miles de seguidores de los partidos que no superaron el umbral electoral salieron a las calles para denunciar las presuntas irregularidades ocurridas durante la votación y exigir la repetición de los comicios.
Las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, denunció este 6 de octubre un intento de toma violenta del poder e instó a poner fin a los disturbios, dejando claro al mismo tiempo que había dado la orden de no disparar contra los manifestantes para evitar el derramamiento de sangre.
Zheenbékov confirmó también que había pedido a la autoridad electoral investigar las denuncias de irregularidades y, si fuese necesario, anular los resultados de los comicios legislativos.
El 6 de octubre la Comisión Electoral Central de Kirguistán decidió invalidar los resultados de las elecciones parlamentarias.