Más temprano este 6 de octubre, el presidente sirio, Bashar Asad, en una entrevista con Sputnik, acusó a Turquía de emplear a terroristas de Siria y otros países en Nagorno Karabaj, y desatar una nueva espiral de violencia en la región.
El líder francés, Emmanuel Macron, también había afirmado que unos 300 mercenarios sirios fueron trasladados a Bakú a través de la ciudad turca de Gaziantep.
"Como presidente de un Estado que lucha por su independencia, llamo al mundo civilizado a participar activamente en la lucha contra el terrorismo, el imperativo de hoy es la creación de una eficaz coalición antiterrorista internacional", escribió Arutiunián en su cuenta de Facebook.
Indicó que Armenia y Nagorno Karabaj están actualmente a la vanguardia de la lucha contra el terrorismo, pero destacó que es un problema común.
Arutiunián también acusó a Turquía de facilitar la llegada de los terroristas a Bakú para aumentar las tensiones en la región.
En este contexto, el líder de Nagorno Karabaj expresó su seguridad de que todos los Estados entienden las consecuencias peligrosas de esas acciones e instó a la comunidad internacional a "impedir los planes turcos de convertir Azerbaiyán en una guarida de terroristas en Transcaucasia".
El 27 de septiembre volvieron a estallar choques armados en Nagorno Karabaj, foco de conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Ambos bandos, que se acusan de haber desatado esta espiral bélica sin precedentes desde la guerra de 1992-1994, ordenaron la movilización de reservistas, impusieron la ley marcial y sostienen combates con el uso de blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles a lo largo de la línea que separa a sus tropas.
Para impulsar una solución negociada del conflicto se instituyó en 1994 el llamado Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), copresidido por Estados Unidos, Rusia y Francia.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.
El 5 de octubre, Rusia, Estados Unidos y Francia volvieron a condenar las hostilidades en Karabaj e instaron a cesarlas de inmediato y a reanudar negociaciones sin condiciones previas.