A finales de septiembre, unos surfistas de Kamchatka (Lejano Oriente ruso) informaron del cambio del color del agua en una zona costera de esta península, también revelaron haber sufrido irritación en el cutis e hinchazón en los ojos.
En varias bahías de la zona se descubrieron animales marinos muertos y a los habitantes del lugar se les recomendó no ir a la playa de Jalaktirski.
"Debemos recrudecer, sin duda, la legislación y la responsabilidad, detectar a los culpables y castigarlos severamente, exigiendo al menos la compensación plena del daño ocasionado y la liquidación de sus consecuencias. Además, se debe prevenir tales desastres, lo que es posible hacer, puesto que en los mapas de los ecologistas están señaladas las zonas de peligro y los activistas advierten desde hace mucho de lo podría pasar", dijo Berezutski a Sputnik.
A su juicio, la contaminación de las aguas en Kamchatka se debe al factor humano.
El experto también dijo que la atribución de lo sucedido a unos cataclismos naturales "está traída por los pelos", además afirmó que tras toda esa problemática están unas estructuras cuyo comportamiento "puede definirse como una incuria criminal".