"Considerando la situación actual, el jefe de Estado ha recomendado a la Comisión Electoral Central estudiar detenidamente las denuncias de irregularidades y, si fuese necesario, anular los resultados de las elecciones parlamentarias", declaró Stamalíeva.
La portavoz aseguró que el presidente permanece en Biskek.
"Controla la situación y ha expresado el convencimiento de que todas las fuerzas políticas pondrán los intereses de la nación por encima de los suyos propios e impedirán la división social. El presidente se esfuerza por reencauzar el país hacia el marco legal", dijo.
Según el escrutinio preliminar, cuatro partidos lograron escaños parlamentarios en las elecciones del 4 de octubre: Birimdik (24,52%), Mekenim Kirguistán (23,89%), Kirguistán (8,73%) y Butun Kirguistán (7,11%). La participación electoral fue del 56,2%.
Miles de kirguises, seguidores de los partidos que no superaron el umbral electoral del 7%, se echaron a la calle para denunciar numerosas irregularidades en la votación.
Las protestas derivaron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. En la noche del lunes al martes, los manifestantes irrumpieron en la Casa Blanca de Biskek, sede del parlamento y del gabinete presidencial; luego se dirigieron hacia la sede del Comité de Seguridad Nacional para forzar la liberación del expresidente Almazbek Atambáev (2011-2017) y del ex primer ministro de Kirguistán Sapar Isákov (2017-2018).