"Hay consecuencias a nivel cognitivo y emocional, como por ejemplo el aislamiento, la falta de socialización con sus pares y la excesiva cantidad de horas de pantalla. Por otro lado, también están los problemas de aprendizaje que se están generando al concurrir a la escuela solo dos días en la semana (…) evidentemente los niños tienen que regresar a las escuelas", dijo a Sputnik Romanelli.
El colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública está organizando para el 14 de octubre una movilización en la plaza Varela de Montevideo para reclamar una mayor presencialidad de los niños en los centros educativos.
Sin embargo, como el protocolo sanitario requiere que exista un distanciamiento social entre 1 y 1,5 metros entre los niños, las autoridades han tenido que fraccionar los grupos en dos, por lo que los estudiantes no están asistiendo todos los días a clase.
"Es imposible que los locales escolares públicos sostengan grupos de 30 chicos con ese distanciamiento, por lo cual se fraccionan, lo que hace que los niños estén yendo dos días a la semana. La carga horaria y la presencialidad que están teniendo es bajísima. Se están perdiendo más horas de clase que las que se están asistiendo", afirmó Romanelli.
Evidencia científica
Por su parte, Romanelli aseguró que la "evidencia científica" avala el reclamo de las familias.
El 21 de mayo, el coordinador del grupo científico que asesora al Gobierno en materia de COVID-19, Rafael Radi, aseguró que "los niños se enferman poco, levemente y transmiten poco la enfermedad".
"No se demostró que cerrar las clases evitó los contagios ni que abrirlas provocó más contagios", agregó.
Cohen destacó que de los 15 menores de edad que contrajeron el COVID-19 en Uruguay, no hubo ninguno menor de 5 años, y alertó que "los efectos positivos del cierre escolar son discutibles, pero los negativos son indiscutibles".
Otras consecuencias
Romanelli señaló que la escuela cumple un "rol social muy importante".
Señaló que otro tema a tratar es cómo los adultos se están vinculando con la infancia de sus hijos.
"Todos tuvimos que volver a trabajar. Si los niños van a las escuelas de forma intermitente, nosotros no podemos trabajar de esa forma. Tenemos un montón de niños solos, que quedan a cuidado de sus hermanos mayores en el mejor de los casos. Los adultos estamos con el estrés de cómo hacer un sistema de cuidado para que ellos puedan estar contenidos. Ese estrés lo estamos trasladado a la infancia", expresó.
Afirmó que a las familias les preocupa los planes de las autoridades para el 2021, ya que todo indicaría que la pandemia va a seguir.
"Si tenemos que seguir con las mismas condiciones sanitarias de distanciamiento, ¿qué pretende hacer el Estado por estos niños? Esa es la principal preocupación de las familias", agregó.
El presidente del Consejo Directivo Central, Robert Silva, explicó que el reclamo de las familias fue trasladado al Ministerio de Salud Pública y al Grupo Asesor de Científicos.
Las autoridades expresaron que hubo eventos sociales, como por ejemplo la votación por las elecciones departamentales realizada el 27 de septiembre, que las obligan a esperar para tomar una resolución.