"La exigencia de las autoridades de Bielorrusia de que Polonia y Lituania retiren a sus embajadores y reduzcan significativamente sus representaciones diplomáticas en Minsk es infundada y lamentable. Va en contra de la lógica del diálogo y solo aislará aún más a las autoridades de Minsk", manifestó el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea.
Borrell expresó la convicción de que Minsk no conseguirá debilitar la unidad comunitaria con sus ataques a determinados Estados miembros.
"El Consejo Europeo lo reafirmó claramente el 1 de octubre, cuando todos los Estados miembros de la UE exhortaron a las autoridades bielorrusas a poner fin a la violencia y la represión, liberar a todos los detenidos y presos políticos, respetar la libertad de los medios de comunicación y la sociedad civil, e iniciar un diálogo nacional inclusivo", manifestó.
El 2 de octubre el Ministerio de Exteriores de Bielorrusia propuso a Polonia y Lituania recortar su personal diplomático en el país de 50 a 18 y de 25 a 14 representantes, respectivamente, antes del 9 de octubre alegando la "actividad inequívocamente destructiva de esos países".
El Ministerio de Exteriores bielorruso además convocó a los embajadores de Polonia y Lituania en relación con "los gestos hostiles" hacia la república.
Tanto Vilna, como Varsovia rechazaron las propuestas de Minsk.
En Bielorrusia continúan las protestas por el escrutinio de las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto, que otorgaron el sexto mandato a Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994.